El fueye de la ciudad tiene nombre: homenaje a Juan Franchisconi

El viernes 4 de julio a las 21 hs en el Club 22 de Octubre, Chivilcoy será sede de un homenaje sentido a uno de sus músicos más emblemáticos: el bandoneonista Juan Franchisconi, quien después de la medianoche llegará a los 85 años de vida.

Con la calidez de su fuelle y la memoria viva de los escenarios, Juan Franchisconi ha sabido ganarse un lugar profundo en el alma musical de Chivilcoy. Su trayectoria como bandoneonista no sólo lo posiciona como un referente del género, sino también como un símbolo de la tradición popular que resiste y se reinventa.

Este viernes 4 de julio, en el Club 22 de Octubre (avenida 22 de Octubre 180), desde las 21 hs, artistas, bailarines y vecinos rendirán homenaje al maestro con una velada que promete emoción, talento y mucha identidad local. Sobre el escenario pasarán voces y figuras reconocidas: Carlos Pinto, Ariel Ivaldi, Gabriel Sosa y Mario Farías, entre otros, compartirán canciones y anécdotas con la figura central de la noche.

El evento, que también contará con un “lujazo” de artistas invitados como Luis Correa y Fernando Rodas, dos intérpretes tangueros internacionales.

Además se realizará un recorrido musical donde el bandoneón de Franchisconi -con su cuarteto- volverá a sonar, como tantas veces, con precisión, sentimiento y esa capacidad única de decir sin palabras.

El homenaje incluirá también a la danza, con la participación especial de las parejas Mario Cárdenas y Laura, y Dalmi Delasavia y Julián Auteri, quienes pondrán cuerpo y movimiento a los sonidos que durante décadas identificaron al artista.

Juan Franchisconi, además de intérprete, es memoria viva del tango, de la milonga, de la música tropical, de las peñas barriales y de las noches de bailes en toda la provincia. Su talento, marcado por una ejecución precisa y profundamente emotiva, ha sido guía y ejemplo para nuevas generaciones de músicos locales, en particular su hijo Juan Martín, que tiene mucho que ver en el encuentro de hoy.

Chivilcoy no sólo le rendirá homenaje: lo abrazará. Porque Juan Franchisconi no toca el bandoneón, lo respira. Y cada vez que lo hace, suena una parte entrañable de esta ciudad.