Casos
Mientras Navarro investiga, Chivilcoy duerme en los laureles de la mediocridad
Por Dr. Emmanuel LangoneMientras en Navarro, el Concejo Deliberante pone bajo la lupa la gestión de su intendente con una Comisión Investigadora que no teme al poder, en nuestro querido Chivilcoy nos enfrascamos en debates tan trascendentales, como el estado de los bancos de plaza. Sí, bancos. Porque, al parecer, aquí el colmo de la ambición política es garantizar que el vecino, tenga dónde sentarse a contemplar la meseta intelectual en materia de ordenanzas que nos define.
En Navarro, el Concejo Deliberante se juega el pellejo investigando irregularidades en la salud pública, con una Comisión Especial Investigadora (CEI) que, lejos de ser un show para la tribuna, destapa verdades incómodas. Aquí, en cambio, nuestras sesiones del HCD parecen una coreografía ensayada: 'Aprobado por unanimidad', 'licencia para fulano', 'licencia para mengano'. ¿El resultado? Una escribanía disfrazada de democracia, donde la mayoría aplasta automáticamente cualquier atisbo de debate serio. Porque, claro, “tienen mayoría”, ¿qué le vamos a hacer? (con esos dichos que hasta he presenciado), se nota que las sesiones se parecen más a una burda coreografía ensayada con sellos de goma, que a un debate que cambiaría para bien, el destino de los chivilcoyanos.
En la ciudad vecina de Navarro, la cosa se puso seria. El 25 de noviembre de 2024, el HCD sacó la artillería pesada con la Ordenanza Nº 1751/24, creando una CEI (Comisión Especial Investigadora) para investigar al intendente Facundo Ignacio Diz por presuntas irregularidades en la salud pública. Diz, lejos de quedarse de brazos cruzados, vetó la ordenanza con el Decreto Nº 1209/24. Pero el HCD no se achicó: con el Decreto Nº 09/24, impuso la CEI y, más tarde, con el Decreto Nº 01/25, le dio una prórroga que Diz calificó de ilegal. La pulseada llegó a su clímax, cuando el intendente llevó el caso a la Justicia, y el juez Luciano Enrici, del Juzgado Contencioso Administrativo Nº 1 de Mercedes, frenó en seco la Sesión del Especial prevista para el 2 de junio de 2025 con una medida cautelar. ¿El argumento? Que la CEI no respetó los plazos legales, que la prórroga fue un mamarracho jurídico, y que todo olía a persecución política. Mientras Navarro se juega la estabilidad institucional, en Chivilcoy aprobamos licencias de concejales como si fuera un trámite de ANSES.
En nuestra ciudad, el HCD parece atrapado en un bucle de mediocridad. El 8 de mayo de 2025, en una Sesión Pública Especial y Ordinaria, ¿cuál fue la gran hazaña? Aprobar licencias de concejales y anteriormente, discutir el estado de los bancos de plaza. ¡Qué audacia! Mientras en Navarro se debaten posibles negligencias que afectan la salud de miles de personas, aquí nos conformamos con rendiciones de cuentas aprobadas por inercia y mayorías que no cuestionan nada. ¿Es que no hay nada más urgente? ¿O es que el miedo a perder el sillón pesa más que el deber de fiscalizar? Porque, seamos sinceros, un concejal que sólo levanta la mano para aprobar no es un representante: es un espectador con sueldo.
¿Es esto lo que votamos? ¿Dónde quedó el coraje? ¿Tan bajo hemos caído?
La realidad es que pareciera una máquina de aplausos o un teatro de unanimidades, que el audaz director de cine supo generar, para desgastar a los opositores y para sumar adeptos que por elección propia jamás se hubieran sumado a su tropa. ¿Cuándo despertaremos del letargo?