Agustina Capurro
De Chivilcoy a la India sin escalas, de la mano de la danza
Tiene 23 años y está terminando el profesorado de Danzas Árabes, mientras se proyecta como bailarina internacional en India, a poco de comenzar una nueva gira que la llevará de nuevo a distintos países de Europa y Asia.-Agustina tiene la mirada de quienes tienen bien en claro lo que quieren, “crecer, progresar, avanzar en la vida”, comparte entusiasta, “si me preguntabas hace unos meses, te decía que era una bailarina de danzas árabes nada más, pero con el viaje a India, me animé a superar muchos desafíos y hoy creo que soy una artista multifacética, porque aprendí a usar el aro, a hacer shows en altura, hasta estuve trabajando en el Circo Servian a su paso por Chivilcoy”.
Enamorarse de la danza
Comenzó a los ocho años, “iba a un estudio donde hacía danza contemporánea y en el piso de arriba, bailaban árabe, yo escuchaba y quería estar ahí, hasta que de tanto insistir mi mamá me terminó llevando y nunca más cambié”, recordó, “mi amor por la danza árabe tiene que ver con una cultura, hay más de 50 danzas, es un mundo mágico donde siempre hay cosas para descubrir, el aprendizaje es constante”.
“Se usa todo el cuerpo, desde las puntas de los dedos de la mano hasta los pies”, prosiguió, “se usan varios elementos, y el pelo también es protagonista, hay bailes y movimientos específicos, porque se dice que el movimiento del pelo saca las malas energías, una especie de ritual. Hay muchas ceremonias”.
Salir al mundo
“Empecé a buscar de salir”, reconoce, con el correr de los años, “salir un poco de Chivilcoy y buscar lo que realmente quería, a mandar videos míos bailando, utilizando las redes sociales, hasta que llegó mi primera audición grande, donde quedé seleccionada entre más de 100 bailarinas, para un ballet que participó en uno de los festivales en Buenos Aires, donde fui con el objetivo de hacer contactos, de aprender. Después, quedé seleccionada para acompañar a una orquesta que tocaba en vivo, donde hice mi primer solista e “improvisado”, comenzando a crecer en el ambiente”, compartió.
Viaje a India
Fue una propuesta de uno de sus contactos, “otra bailarina amiga, con quien finalmente viajamos; me contactó en abril del 2024 para viajar al exterior, sin decirme que era a la India, y viajamos en octubre. Nunca me había subido a un avión, soy hija única y muy familiera, eran muchas cosas para procesar; pero estaba decidida. Lo primero que llegó fue la visa, y yo no decía nada, esperaba los pasajes, era para trabajar en una compañía de baile india, donde todas las bailarinas eran extranjeras, muchas latinas y rusas; y allá fuimos”.
Gran parte del material está en sus redes sociales (@agus.capurro).
Uso premonitorio del bindi
Lo comenzó a usar hace ya siete años, se trata de la “gota” que portan muchas mujeres y hombres de la India y que simboliza la fuerza y la fe espiritual, “fue casualidad, pero un poco era el destino quizás, de hecho pensé que cuando me lo vieran puesto no les iba a gustar que use algo tan simbólico de ellos, pero por el contrario, me ha tocado ir a bailar a bodas y ceremonias, donde me han manifestado su agrado, enamorados de que use el bindi, algo de su cultura”, señaló.
No bajar los brazos
“Lo daba todo como si fuera la última vez, salía al escenario con todas las ganas, India se convirtió en un hogar para mí, la compañía con la que estuve, la gente es muy amorosa y servicial, hay mucha información y sabiduría, estas aprendiendo todo el tiempo”, reflexiona, “en mi caso, aprendí cómo transitan ellos la muerte y qué significa, me tocó atravesar el fallecimiento de una perrita que amaba, estando allá, y ellos mismos me explicaban cómo festejan y honran a sus muertos. Estando allá, aprendí a valorar la forma que tenemos acá los argentinos, de abrazarnos y demostrar afecto, también aprendí a no bajar los brazos, porque antes de que sucediera la propuesta, estaba a punto de tirar todo, y gracias a esto me di cuenta que no hay que bajar los brazos, no quedarse estancado, con muchas ganas de crecer y ya con planes, cuando volví a Chivilcoy incorporé el aro y la acrobacia y lo que aprendí en el circo, este es el camino que quiero, con gente que me acompaña, mi pareja, mis amistades y mi familia”, cerró.