Por Evangelina Solano (*)
Somos semillas, marea y futuro: a 10 años del grito de Ni Una Menos
Este 3 de junio recordamos con fuerza y convicción el primer grito colectivo de Ni Una Menos, un hito que marcó un antes y un después en la lucha contra las violencias por motivos de género en nuestro país.En un contexto político, social y económico marcado por retrocesos y profundas desigualdades, desde Nuevo Encuentro Chivilcoy, reafirmamos que el Estado es responsable de garantizar una vida libre de violencias para todas, todos y todes.
Hoy, las mujeres y diversidades, junto con las niñeces, adolescencias y personas mayores, somos uno de los sectores más golpeados por las políticas de ajuste del gobierno de Javier Milei.
En este año y medio de gestión, vivimos en carne propia un enorme retroceso en materia de derechos y fuimos objeto de la violencia ejercida directamente desde el Estado. No estamos dispuestas a tolerar en silencio.
Invitamos a una reflexión colectiva, a transformar el dolor en lucha organizada. Una década después, estos años han sido de aprendizajes, de logros y de desafíos, pero también de esperanza por construir un presente y un futuro donde las violencias por motivos de género ya no sean parte de nuestra cotidianeidad.
La lucha feminista y transfeminista que sostenemos desde Nuevo Encuentro se basa en la convicción de que las respuestas individuales no alcanzan. Necesitamos políticas públicas efectivas, recursos concretos y el compromiso inquebrantable de toda la sociedad para erradicar las violencias por motivos de género.
Seguimos sembrando justicia, igualdad y derechos. Cada paso, cada palabra y cada espacio que ocupamos es una semilla que florece en nuestra comunidad. Porque las violencias se combaten con organización, empatía y militancia.
Ni Una Menos. Reconocer las violencias es transformar.
(*) Nuevo Encuentro Chivilcoy.