Cayeron de 200 milímetros para arriba
“La lluvia no se puede evitar, el abandono sí”
Productores agropecuarios dieron un panorama sobre las lluvias en la zona rural de Chivilcoy. Como buena noticia señalaron que antes del temporal la cosecha ya estaba casi finalizada. Lo malo es que el aguacero empeoró el estado de los caminos rurales.En los distintos cuarteles del partido de Chivilcoy, las lluvias registradas entre el jueves y el sábado superaron los 200 milímetros, llegando en algunas zonas a pasar los 300. En varios puntos, incluso, los pluviómetros se rebalsaron, por lo que muchas mediciones son estimativas.
Según datos del Servicio Meteorológico Nacional (SMN), en solo 48 horas se registraron precipitaciones que quintuplicaron el promedio histórico de mayo, que es de 78 mm.
Ahora, contratistas y productores esperan que bajen las aguas para continuar con las tareas de cosecha en los pocos lotes que restan o para acceder a los campos y atender a los animales. Según relevamientos realizados por esta redacción, la cosecha gruesa está prácticamente finalizada, pero la preocupación principal pasa por el estado de los caminos rurales, que ya era precario antes del aguacero.
“Los medidores rebalsaron”
Un productor, que tiene campo en las cercanías del acceso a la localidad de Benítez, comentó que allí cayeron entre 240 y 300 milímetros, según la zona. Sin embargo, aclaró que son datos aproximados porque “los medidores rebalsaron en varias chacras”.
Desde la localidad de La Rica, otro productor, afirmó que hasta la tarde del sábado se contabilizaban 218 mm, a los que se sumaron lluvias durante la noche. En la zona de Emilio Ayarza, se indicó que los registros marcaron hasta 310 mm. En tanto, María Eugenia, quien trabaja campos en el Cuartel II, reportó entre 200 y 210 mm. En áreas más próximas a la ciudad de Chivilcoy, en el mismo cuartel, los números treparon por encima de los 300.
Queda poco por cosechar
Los pronósticos anunciados con días de anticipación permitieron adelantar tareas. Se estimó que en esta zona ya se levantó el 90 por ciento de la producción, y sólo quedan algunos lotes de soja de segunda y maíz tardío. “Ahora hay muchas lagunas y zonas encharcadas, veremos cómo evoluciona”, dijo.
Desde La Rica, indicó que la soja de primera ya fue prácticamente levantada, y sólo resta una pequeña porción de la de segunda. “Lo que queda es el maíz tardío, que todavía está verde”, explicó.
En la región de Ayarza y Moquehuá, según un ingeniero agrónomo consultado, dijo que sólo queda por recolectar cerca del 10% de la soja de primera, algo de segunda y los maíces sembrados más tarde. “El maíz aguanta. Las espigas están altas, a más de un metro del suelo, así que creo que se va a poder cosechar sin mayores pérdidas”, aseguró.
Además, remarcó que como veníamos de una sequía prolongada, “la tierra absorbió una buena parte del agua caída”. “Los perfiles estaban muy secos, con napas a más de 4 metros. Eso nos ayuda a que la situación no sea tan desastrosa como podría haber sido”, completó.
“Caminos cortados por todos lados”
La mayoría advirtió que el gran problema ahora es cómo ingresar a los campos. “Está todo cortado. Lo que ya era difícil, ahora es intransitable. Y como en su momento se limpiaron canales pero no se levantaron los caminos, hoy muchos están directamente bajo agua. La lluvia no se puede evitar, el abandono sí:”, describió.
En el camino vecinal que une San Sebastián con el acceso a Moquehuá, por ejemplo, “el agua corre como si fuera un arroyo”, contó Gallo. “No sabés si vas por camino o por zanja”, graficó.
Otro inconveniente frecuente es el del servicio eléctrico. “En las últimas semanas se hicieron trabajos, y por suerte esta vez el servicio aguantó. Solo hubo un corte breve, aparentemente por un rayo. Dentro de todo, eso mejoró”, reconoció.
Mientras el agua empieza a escurrirse lentamente, el panorama aún es incierto. Las lluvias trajeron alivio hídrico pero también complicaciones logísticas. Los productores aguardan que el clima acompañe en los próximos días para poder volver a ingresar a los campos y terminar lo que queda.