Interrogante local
¿Dónde está el límite político de Primero Chivilcoy?
La política, como la vida, está llena de paradojas. Y en Chivilcoy, una de ellas parece estar gestándose dentro del propio oficialismo local. La pregunta que empieza a circular -en voz baja en algunos pasillos y en tono elevado en otros- es: ¿dónde está el límite político de Primero Chivilcoy, si el doctor Guillermo Britos decide acercarse, aún más, al gobernador Axel Kicillof?
La presencia del intendente en las últimas dos reuniones de jefes comunales bonaerenses, convocadas por el propio mandatario provincial, no pasó desapercibida. Más allá del protocolo, la foto es política. Y más aún, es simbólica. En ese gesto, muchos comienzan a ver algo más que institucionalidad: un posible reacomodamiento estratégico, que genera tensiones internas en el espacio local.
Y aquí es donde el asunto toma otro matiz. Porque si Britos decidiera dar ese paso -o simplemente continuar profundizando los vínculos con Kicillof-, ¿cómo quedarán posicionados dos pilares de su gestión como lo son Eduardo De Lillo y Arturo Pertosa? Ambos, de raíz radical, difícilmente puedan congeniar con el ideario del actual gobernador bonaerense. ¿Podrían mantenerse cómodos en un gabinete que empieza a virar hacia esos sectores?
La visible expansión de Micaela Roman y de Ezequiel Pinotti, ambos tenaces detractores del Dr. Britos en el 2015, quienes difundían el slogan "Tiza o bala" con el cual el entonces espacio kirchnerista intentó frenar el triunfo del britismo. Incluso se menciona al actual secretario de gobierno como firme posible candidato a encabezar la lista de concejales 2025. Dentro del gobierno municipal, ya generó ruidos y malestares. No cayó bien en todos los rincones del gabinete. Ahora, si al avance del Evita se le suman defensores del modelo Kicillof, el cóctel interno podría agitarse aún más.
Es válido preguntarse si el pragmatismo político tiene un límite claro en el espacio que fundó Britos o si, por el contrario, la lógica de sumar poder será la única brújula en este año de reconfiguraciones. Por ahora, el silencio predomina, pero las miradas ya están puestas en lo que vendrá. Y el interrogante sigue flotando: ¿hasta dónde están dispuestos a acompañar algunos funcionarios? ¿Y hasta dónde está dispuesto a ceder el intendente?
La historia dirá si Primero Chivilcoy fue un proyecto de gestión o un espacio político con identidad.