Opinión
La cara invisible de la maldad
Por Diego MagriniLa comprensión de la psicopatía femenina y su relación con la criminalidad ha estado históricamente oscurecida por sesgos y falta de claridad. Estudios recientes revelan la necesidad de replantear las concepciones tradicionales, desmitificando la idea de que las mujeres son menos propensas a este trastorno y a la comisión de delitos. Durante mucho tiempo, la psicopatía se ha asociado predominantemente con los hombres, dejando a la mujer en un segundo plano, o relegándola al papel de víctima. Esta visión sesgada ha dificultado el diagnóstico y tratamiento adecuados, ya que las manifestaciones de la psicopatía en mujeres pueden ser distintas a las de los hombres. La falta de herramientas diagnósticas sensibles a las diferencias de género perpetúa esta invisibilización.
Un problema es la persistencia de la "tesis de la caballerosidad", que justifica una benevolencia injustificada hacia las mujeres criminales. Esta actitud, lejos de ser justa, refleja un sesgo de género que perpetúa la desigualdad y la discriminación dentro del sistema judicial. La aplicación de la ley debe basarse en la justicia, no en estereotipos.
Es imperativo abordar esta problemática desde una perspectiva crítica y desapasionada como desmitificar la idea de que la mujer es menos propensa a la psicopatía y la criminalidad. La evidencia científica demuestra la existencia de mujeres psicópatas, con manifestaciones que pueden variar de las masculinas.
Desarrollar herramientas de diagnóstico más precisas y sensibles a las diferencias de género. Es fundamental que la comunidad científica revise los criterios diagnósticos actuales para garantizar una evaluación equitativa e imparcial.
Asimismo, combatir la "tesis de la caballerosidad" en el sistema judicial. La benevolencia hacia la mujer criminal, muchas veces, no se basa en la justicia, sino en un sesgo de género que debe ser erradicado.
Promover una mayor investigación sobre la psicopatía y la criminalidad femenina. Se necesita un estudio más profundo del impacto de la psicopatía femenina en el sistema judicial, especialmente en contextos donde las políticas de atención a la mujer criminal son deficientes. Si bien, las diferencias entre la psicopatía femenina y masculina son un tema complejo y aún en debate dentro de la psicología. Mientras que algunos estudios sugieren que existen diferencias en la expresión y manifestación del trastorno, otros apuntan a que las diferencias son más sutiles y que la psicopatía se presenta de manera similar en ambos géneros.
En tanto, las mujeres psicópatas tienden a mostrar una mayor capacidad para camuflar sus características psicopáticas, utilizando estrategias más sutiles para manipular y controlar a otros. Pueden ser más hábiles en la seducción y el encanto, lo que dificulta su detección. Pueden tener motivaciones distintas para cometer delitos. Estar más inclinadas a delinquir por razones de supervivencia, protección o para obtener recursos, mientras que los hombres psicópatas podrían estar más motivados por la búsqueda de poder o la satisfacción de impulsos.
Se ha observado que las mujeres psicópatas pueden mostrar una mayor impulsividad, un mayor riesgo de adicciones y una mayor tendencia a la promiscuidad. Sin embargo, es importante mencionar que estas diferencias no son universalmente aplicables a todas las mujeres con psicopatía.
Por otro lado en ambos casos se caracterizan por la falta de empatía, remordimiento y culpa, manipulación, superficialidad y búsqueda de emociones. La psicopatía suele coexistir con otros trastornos de personalidad, como el trastorno antisocial de la personalidad, la paranoia y el trastorno narcisista de la personalidad, en ambos géneros.