Más de 200 flores se exhibieron en la muestra “Las rosas de mi jardín”

La actividad se llevó a cabo el sábado 1° de noviembre con una importante respuesta del público. Aficionados a la jardinería participaron acercando sus especies, recorriendo la muestra y consultando sobre técnicas de cultivo, variedades y cuidados.

Armagno destacó la repercusión de la convocatoria y el acompañamiento de la comunidad. “Era lo que más anhelaba: que fuera un evento para y por la gente de Chivilcoy. Me sorprendió gratamente ver a tantos vecinos acercarse, traer sus rosas, interiorizarse y maravillarse con la diversidad de colores, variedades y tamaños”, expresó en diálogo con LA RAZÓN.

La organizadora agradeció a la Sociedad Francesa por facilitar sus instalaciones y resaltó el interés creciente por la rosicultura. “Estamos muy felices: tuvimos 36 expositores, más de 90 personas que abonaron el bono contribución y más de 200 rosas expuestas. Es un sueño que este encuentro quede institucionalizado y forme parte de la agenda de actividades de la ciudad”, señaló.

Además, invitó a quienes quieran sumarse a la filial local y seguir sus actividades en redes sociales: @rosicultura_filial_chivilcoy.

La ruta de las rosas: tradición, técnica y nuevas generaciones

Durante la jornada, el biólogo Mariano Saviello brindó una disertación sobre los “híbridos de té”. En conversación con este medio, subrayó la relevancia de la flamante filial chivilcoyana y el crecimiento del interés por esta práctica.

“Cultivar rosas es un arte motivado por la pasión y, muchas veces, un legado familiar. En mi caso, llevo cuatro generaciones; empecé de muy chico con mi abuelo, injertando, podando y aprendiendo”, relató. Saviello remarcó que la incorporación de nuevas personas a la actividad demuestra que ya no se trata de un pasatiempo exclusivo de adultos mayores: “Cada vez hay más gente joven interesada, lo que marca una continuidad muy valiosa”.

Respecto al punto de partida de muchos cultivadores, explicó que suele ser a través de las llamadas rosas antiguas, vinculadas a jardines familiares y recuerdos personales. “Después uno descubre variedades más modernas, con colores intensos y perfume, lo que motiva a seguir aprendiendo. Es una actividad que combina amor por la jardinería y, hoy, también una forma de conectar y hacer algo que funciona como cable a tierra”.

Mitos y evolución de la rosa

Saviello aprovechó para despejar una creencia habitual sobre la “rosa del té”. “No está asociada directamente a la infusión”, aclaró. “Son variedades muy antiguas, previas a 1800. Se las vinculó al té porque se transportaban junto a hojas de esa planta en los grandes cargamentos de la llamada ruta de la seda. Al abrir los contenedores, el perfume se mezclaba y se confundían los aromas”.

Sobre la evolución en el país, destacó que la rosicultura argentina atraviesa un momento destacado: “Históricamente importamos tendencias, pero hoy hay productores que han logrado importantes avances en hibridación. Figuras como Cristel Vidal y, actualmente, la ingeniera agrónoma Jimena Macallister en Tandil, muestran que estamos construyendo una identidad propia y generando producción local de calidad”.