Verónica Gago
La precariedad como sustento del autoritarismo de la libertad financiera
Nacida en Chivilcoy, Verónica Gago es hoy una de las pensadoras feministas de mayor referencia en América Latina. En 2024 recibió el Diploma al Mérito de la Fundación Konex por sus ensayos políticos y, en abril de este año, fue distinguida en Estados Unidos con el Premio Martin Diskin de la Asociación de Estudios Latinoamericanos (LASA), reconocimiento que destaca su aporte académico y su compromiso con la justicia social, la docencia y el movimiento feminista.-Investigadora del CONICET y profesora en la Universidad de Buenos Aires (UBA) y en la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), Gago es una voz central en los debates actuales sobre economía feminista, neoliberalismo y violencia financiera. Además, ocupa la Cátedra Internacional de Filosofía en la Universidad de París VIII y dirige un laboratorio de estudios críticos junto a la New York University.
En su reciente libro “Contra el autoritarismo de la libertad financiera”, escrito junto a la investigadora Lucía Cavallero, Gago analiza el modo en que la precariedad económica y laboral se vuelve terreno fértil para el avance de discursos y prácticas de ultraderecha, afectando de manera particular a mujeres, personas LGBTIQ+, migrantes y sectores populares. La obra surge en alianza con la Universidad Pública y el CONICET, y constituye una intervención en un contexto marcado por tensiones sobre derechos, educación y políticas sociales.
Consultada sobre el eje conceptual del libro, Gago explicó a LA RAZÓN, que, “el tipo de autoritarismo estamos viviendo, no está asociado al ‘viejo estilo’ identificado con los golpes de Estado. Se produce en un contexto democrático: son liderazgos que acceden al poder a través de elecciones, gobernando con decretos y con rasgos claramente autoritarios”. En ese sentido, sostuvo que este fenómeno se sostiene en “una nueva forma de vincularnos, donde las personas compiten cada vez más precarizadas, con más trabajo para pagar deudas”.
Libertad financiera desde la precariedad
Gago señaló que la llamada “libertad financiera” funciona como una matriz subjetiva que legitima dinámicas autoritarias: “La idea de libertad financiera pareciera organizar una subjetividad entrenada en la precariedad, formulando maneras de relacionarnos en las que la supervivencia se basa en el aniquilamiento de ciertas poblaciones para garantizar la vida de otras, donde hay vidas que valen más que otras y poblaciones que merecen acceso a derechos y otras que no”. En esa línea, destacó el rol del endeudamiento como herramienta clave para comprender cómo se despliegan y profundizan estas dinámicas.
Jóvenes, dependencia económica y lógicas antiderechos
Para Gago, el impacto de la precariedad económica tiene un efecto transversal, aunque con fuerte incidencia en las generaciones jóvenes: “Se vuelven inseguras las condiciones de vida cotidiana —acceder a trabajo, vivienda y salud— y esta inseguridad es manipulada por las ultraderechas, que ofrecen respuestas autoritarias y prometen estabilidad frente a la percepción de caos”.
Según su análisis, ese discurso se apoya en la creación de “chivos expiatorios”: mujeres, colectivo trans, personas migrantes, trabajadores de la economía popular y personas en situación de calle, señalados como “poblaciones sacrificables”.
Cabe mencionar un capítulo en especial en el que interviene otro chivilcoyano: Nicolás Pontaquarto, docente y profesional del Instituto de Masculinidades y Cambio Social; sobre varones, precarización y especulación financiera, con quien ampliaremos el tema en otra entrevista.
Mirada hacia adelante
Ante la pregunta sobre perspectivas futuras, Gago afirmó: “En Argentina hay una larga historia de lucha y experiencias políticas que deben actualizarse continuamente. Las condiciones cambian y hay que pensar estas nuevas dinámicas del autoritarismo concentrado en herramientas financieras, parte de un guión global de ultraderecha”.
Frente a ese escenario, resaltó el valor de la acción colectiva: “Es un momento para la politización y la construcción conjunta. La movilización y las protestas no individualistas continúan siendo formas de respuesta que persisten. A esa perseverancia es a la que hay que apostar”.