Crisis
El agro espera por lluvias y la eliminación de las retenciones
La situación del campo argentino es crítica. La falta de lluvias y la persistencia de las retenciones son dos piedras en el zapato que están frenando la recuperación del sector.A pesar de que existen experiencias previas donde la eliminación de las retenciones produjo un crecimiento notable en el sector, la realidad actual es desalentadora.
El panorama global no ayuda. Las empresas de la cadena agrícola internacional están sufriendo las consecuencias de los bajos precios y están adoptando medidas como restructuraciones y despidos. En este contexto, los gobiernos se activan. La Unión Europea propone duplicar sus subsidios a los agricultores, mientras que Estados Unidos aprobó un paquete de ayuda de 30.000 millones de dólares, de los cuales 10.000 son destinados directamente a los farmers.
En Argentina, el proyecto de presupuesto 2025 destina 10.000 millones de dólares a las retenciones. La promesa oficial es eliminarlas "cuando se pueda", pero la realidad es que mantenerlas genera un daño a la industria. Asimismo, las retenciones actúan como un "mordisco" sobre los precios, lo que afecta la relación insumo/producto, restringe la incorporación de tecnología, y reduce la superficie productiva.
A lo largo de la historia argentina, se ha demostrado que la eliminación de las retenciones impulsa al sector. El "Informe 84", elaborado durante la presidencia de Alfonsín, propuso eliminar las trabas a la producción y, en consecuencia, aumentar la producción de 35 a 50 millones de toneladas. Aunque la propuesta no se concretó, la convertibilidad de Menem/Cavallo trajo consigo la eliminación de las retenciones y la unificación cambiaria, lo que impulsó una revolución tecnológica en el agro argentino.
El estancamiento actual del sector se debe en gran medida a la vuelta de las retenciones. Es necesario recordar que en el período 2015-2019, la eliminación de las mismas para el maíz y el trigo generó un aumento significativo en la producción de ambos cultivos.
El debate sobre el riego vuelve a la palestra en medio de la sequía. Sin embargo, con los precios actuales, la inversión en riego complementario es viable sólo para producciones especiales, no para la producción general.
La expectativa de que la industria energética o la minería impulsen la economía y permitan una menor dependencia del agro no es un argumento válido para postergar la eliminación de las retenciones. El enorme lucro cesante que se produce por la perpetuación de dichos impuestos es una pérdida para la economía y la sociedad argentina.
El campo argentino necesita un gobierno que lo acompañe en su crecimiento y desarrollo. La eliminación de los derechos a las exportaciones y la búsqueda de soluciones para la sequía son medidas de gran magnitud para que el sector pueda volver a desarrollar su potencial y contribuir al bienestar de la sociedad.