Eduardo Dadario (Séptima Entrega)
El gran negocio del momento las estafas cibernéticas Inteligencia Artificial e Inteligencia Emocional.
Me han llegado comentarios de distintas personas que fueron estafadas telefónicamente, girando dinero o depositando en una cuenta “x” que su hijo, nieta, hermano, y/u otro familiar o amigo les pidió desesperadamente lo hicieran por mensaje de voz vía whatsapp o por un llamado, y aseguran que en dicha conversación reconocieron al 100% su voz.La IA hoy permite reproducir la voz de cualquier persona y recrear conversaciones y hasta hacer un video llamado con la imagen del sujeto elegido. ¿De dónde roban la voz y la imagen y cómo saben con quién comunicarse? Es sólo un trabajo de investigación. Pueden llamarte y hacerte hablar con la excusa de que es una encuesta de opinión, el llamado de una nueva tarjeta, pero también es muy fácil utilizar las bases de datos que nosotros mismos entregamos “sin querer queriendo” al cargar fotos y videos en las redes sociales contando tal o cual cosa. En las redes como Facebook, Instagram, X, Tik Tok y en otras que usamos normalmente publicamos demasiados datos de nuestra vida privada que sirven para que los delincuentes tengan acceso, a nuestra imagen, nuestra voz y los datos de toda nuestra familia, amigos, contactos, que serán usados por los malvivientes para extorsionarnos o para contactarse y realizar estafas.
La Inteligencia Emocional es otra herramienta usada por los estafadores, al demostrar desesperación en el llamado por estar en un accidente, por tener que cubrir una deuda, ser raptado o secuestrado, o sólo al ir llevando la conversación para obtener más datos y poder hacer mejor el trabajo del ladrón, hace que quien está siendo engañado sea emocionalmente más permeable y caiga en la trampa. Es difícil no pensar que un abuelo no haría o daría cualquier cosa por su nieto, o un adulto por su mejor amigo. Es por esto aconsejable que personas mayores no tengan más línea telefónica fija y sea reemplazada por un celular.
Esta semana me contó una cliente que había recibido el mensaje de una amiga con la que hacía un tiempo no estaba en contacto, enviándole un whatsapp diciéndole que ese era su nuevo número de teléfono, que la agendara y le enviaba saludos a sus hijos. Dos días más tarde le mandó un mensaje desesperado diciendo que si ella podía cambiarle unos dólares ella mandaba a su casa o al negocio a un amigo así él pagaba una cuenta que ella debía cancelar. Mi cliente no tenía el disponible y le pasó el contacto de una financiera, a lo cual del otro lado le agradecieron y nunca más le volvió a mandar un mensaje; pasados unos días se contacto al teléfono viejo agendado y la amiga le dijo que alguien haciéndose pasar por ella había contactado a un montón de gente y que entregaban dólares falsos. Una investigación que realicé me sorprendió por lo fácil que es obtener los datos, sólo entré al Facebook y, viendo la información tenía, el número de teléfono con el que publicita el contacto al negocio, recorriendo sólo algunos de los cientos de amigos que tiene y publicaciones en los que están etiquetados o mencionan; sabía qué grado de confianza o parentesco deducible había entre todos, lo otro fue entrar a cada perfil y ver en sus datos de información o si en algún momento publicaron algo para vender o un servicio que presten para obtener los teléfonos y así “armar” la agenda de por quien me haría pasar, con un teléfono falso y contar a las víctimas de la estafa.
Cuidémonos entre nosotros. Que no te dé vergüenza el comentar lo que te haya pasado, así otros están advertidos de las distintas modalidades con las que nos pueden estafar. No hay ley que nos proteja y los estafadores que fueron presos lo están por un corto tiempo y son tratados como reos VIP por la inmensa fortuna que amasan.