Preocupación en el campo
Vuelven los fantasmas del pasado
Las preocupaciones por el clima y el dólar, que han marcado el ritmo de la industria en años anteriores, vuelven a estar en el centro de la escena.A pesar de que algunas proyecciones indican una disminución en la producción de soja de Brasil, se espera que se mantenga en niveles que permitirían mantener altos stocks en relación al consumo. Sin embargo, las tres semanas de sequía en Argentina están afectando los cultivos y generando incertidumbre, según indicó Dante Romano, profesor e investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral.
“Como la demanda de soja está débil, ante números cada vez menos auspiciosos de China y un dólar revaluado a nivel mundial, el foco del mercado pasa a la oferta, que viene abundante, y al marco financiero, que es adverso”, explicó.
En Brasil, la cosecha de soja sigue disminuyendo, pero en niveles que, junto con el resto del mundo y especialmente Sudamérica, permiten mantener altos niveles de stocks en relación al consumo. En cuanto al maíz, la pregunta es qué pasará con la segunda cosecha del año. En tanto, en Argentina, la situación es más incierta. En este marco detalló Romano: “Veníamos bien, y hace tres semanas se cortó el agua y subió la temperatura. La condición de cultivos bajó fuerte tanto en soja como en maíz en la última semana, y se juega todo a las lluvias que se pronostican para esta semana" y agregó: "Si se dan, las mermas no serían tan significativas. Pero estamos en tiempo de descuento. Esta situación generó alguna volatilidad”.
A nivel internacional, el mercado de trigo es el que se encuentra en mejor estado, con un stock en aumento debido a una producción que sigue mejorando, y Rusia ofreciendo trigo a precios bajos. Localmente, la demanda de Brasil y una cosecha mediocre sostienen los precios. Aunque, Romano advirtió sobre otro factor que influencia los precios de los granos: el aumento del tipo de cambio contado con liquidación, y por ende, de la brecha cambiaria. En este sentido, expresó: “Recordemos que los exportadores pueden liquidar 20% de sus divisas a ese tipo de cambio. Esto les genera mayor capacidad de pago. Como la cosecha de maíz está próxima, y los barcos van llegando, la exportación comenzó a pagar por anticipado los negocios de maíz marzo y abril, con sobreprecios interesantes, en una campaña donde los valores habían caído mucho y estaban por debajo de los precios de indiferencia". Y añadió: "Quienes vendieron en dólares por tonelada en mercados de futuro, quedarían fuera de este beneficio, y esto frena las ventas”.
Tras la asunción de Javier Milei, la brecha cambiaria disminuyó, lo que supuso una menor diferencia y, dado que las ventas que se entregaban estaban a precios muy altos, no se generaron grandes conflictos. Pero con la proximidad de la entrada de maíz temprano y soja de primera, la brecha volvió a aumentar, generando un diferencial importante.
Esta semana se estuvo operando maíz con entrega en abril a 150.000 pesos. Al dividirlo por el tipo de cambio oficial, quedaba en torno a 180 USD/tt, por encima del precio de maíz abril de 173 USD/tt. Las operaciones se dispararon porque se trata de un precio redondo, y donde se genera rentabilidad, para una cosecha que está definida.
La capacidad teórica de pago de maíz que calcula la Bolsa de Comercio de Rosario es de 164 USD/tt. Si se multiplica ese valor por el tipo de cambio blend, queda algo por debajo de los 150.000, por lo que el valor resulta razonable.
El problema es que los números se vuelven poco claros, ya que durante gran parte del tiempo la exportación ha estado trabajando con precios muy por encima de la capacidad teórica de pago. En el caso de la soja, frente a una capacidad de pago de
la industria en la zona de los 260 USD/tt, el precio de mercado rondó los 290. Pero si a 260 se le suma el beneficio que tendría liquidar un 20% de la divisa al contado con liquidación, se mejoraría el precio en un 10%, con lo que la capacidad de pago ajustada llegaría a 286, y cuanto mayor la brecha, más grande este diferencial.
En la semana surgieron rumores de que las entidades del sector estarían trabajando en alguna forma de generar coberturas para poder pesificar contratos forward respetando el 80/20.
En este contexto, el cierre de negocios de cosecha nueva se encuentra frenado, a la espera de una mayor claridad en el panorama cambiario y financiero.