Emociones
La Navidad, y la presión social
La licenciada en Psicología Soledad Martínez reflexionó sobre el impacto emocional de las fiestas navideñas.Martínez analizó cómo las emociones, como el enojo, la tristeza, la ansiedad y la culpa, influyen en la experiencia navideña, variando según el contexto socioeconómico y las circunstancias personales.
Asimismo, argumentó que la capacidad de reconocer las propias emociones es fundamental para navegar las complejidades de las fiestas. Para algunos, la presión por comprar regalos, aún con limitaciones económicas, genera angustia y frustración. Otros se enfrentan a la obligación de reunirse con familiares con quienes la relación es compleja o distante, lo cual puede desencadenar ansiedad y malestar. La especialista enfatizó que la clave reside en la introspección: "¿Qué me está pasando con esto?", se pregunta, instando a un análisis honesto de las emociones que surgen en cada situación.
En este sentido, la psicóloga propone un cambio de perspectiva, sugiriendo que en lugar de centrarse en cumplir expectativas externas, las personas deben priorizar su bienestar emocional. Se cuestiona la necesidad de gastar dinero en regalos que no son esenciales, o de asistir a reuniones familiares que generan estrés. En lugar de ello, Martínez propone alternativas como compartir tiempo de calidad, expresar afecto y priorizar la seguridad y el bienestar básico, como la alimentación.
La presión social, manifiesta en el "qué dirán", es otro factor que contribuye a la ansiedad navideña. La experta destacó la importancia de romper con patrones y tradiciones que generan malestar, enfatizando la necesidad de escucharse a uno mismo y de priorizar el propio bienestar sobre las expectativas sociales. Y abogó por la flexibilidad y la capacidad de decir "no" cuando sea necesario, reconociendo que no siempre es posible o deseable cumplir con todas las expectativas.
La culpa, es una emoción clave a gestionar durante las fiestas. La profesional invita a cuestionar la fuente de esa culpa: ¿Por qué siento la obligación de hacer esto? ¿Puedo evitarlo? Este proceso de autorreflexión permite deconstruir patrones repetitivos y buscar alternativas que permitan un mayor equilibrio emocional. Además, subrayó que no existe una receta única para afrontar las fiestas, ya que la experiencia personal es fundamental. Algunos pueden renunciar a situaciones que les generan malestar, mientras que otros necesitan elaborar estrategias para gestionar las presiones y las expectativas.
Martínez concluyó que para una fiestas más serenas y saludables todo radica en el autoconocimiento y la comunicación. La capacidad de identificar, expresar y gestionar las propias emociones, así como la habilidad de comunicar las necesidades y límites personales, son herramientas esenciales para afrontar las presiones sociales y las expectativas familiares.
La búsqueda del equilibrio y la aceptación de que no todos los días son felices son aspectos importantes para una experiencia navideña más saludable. Finalmente, recalcó la necesidad de buscar ayuda profesional cuando la ansiedad o la depresión se vuelven inmanejables. La terapia, y en algunos casos la medicación, pueden ser herramientas valiosas para gestionar estas emociones y mejorar el bienestar mental.