Cría y entrenamiento
Pasión por los caballos de Polo
LA RAZÓN se adentró en el fascinante mundo de la cría y entrenamiento de caballos de polo de la mano de Gastón Bardengo, un referente en el sector con décadas de experiencia.Desde el establecimiento en La Ensenada, cerca de Pilar, Bardengo describió el arduo pero gratificante proceso de llevar un potrillo hasta la cancha de polo.
Gastón Bardengo, con una pasión palpable en su voz, relató el proceso completo que implica criar y entrenar un caballo de polo. Desde la cuidadosa selección de padres y madres, hasta el meticuloso entrenamiento que dura aproximadamente tres años, cada etapa es fundamental. La selección genética es clave, buscando caballos con precocidad en todas sus etapas: facilidad de doma, temperamento dócil y, por supuesto, las condiciones físicas necesarias para la alta competencia. Bardengo señaló la importancia de identificar madres que sean buenas productoras, independientemente de su historial competitivo. Se busca la combinación perfecta para mejorar las características de la raza, manteniendo a Argentina a la vanguardia en la cría de caballos de polo.
Esto no es sólo un trabajo de campo; es una disciplina que se apoya en la ciencia. Bardengo mencionó la transferencia embrionaria y la clonación como técnicas ya establecidas en el sector, herramientas que permiten optimizar la reproducción y selección genética. En La Ensenada, donde trabaja Gastón, existe un centro de clonación que produce cientos de clones de diferentes razas, demostrando la avanzada tecnología que se utiliza en la actualidad.
Vale resaltar que los caballos de polo argentinos son reconocidos mundialmente por su calidad. Bardengo explicó que el mercado principal se encuentra en Europa y Estados Unidos, con torneos como el US Open, atrayendo a un público masivo. Sin embargo, la demanda se extiende a países como India, Pakistán, Nigeria y Malasia, entre otros, demostrando la popularidad global del deporte.
La Argentina sobresale no sólo por la calidad de sus caballos, sino también por sus jugadores. Bardengo afirmó que tanto los caballos como los polistas argentinos son los mejores del mundo, gracias a una combinación de factores como el ambiente, el espacio disponible y la experiencia acumulada. El polo en Argentina se caracteriza por su alta competitividad, con jóvenes jugadores alcanzando niveles profesionales a edades tempranas.
Aunque el polo se asocia con el glamour y la élite, el profesional desmintió el mito de que sólo los ricos pueden practicarlo. Es cierto que es un deporte costoso, pero existen organizaciones que facilitan el acceso a través de programas de trabajo, permitiendo que personas con pasión y dedicación puedan participar.
El trabajo duro y la perseverancia son fundamentales para triunfar en este deporte.
Para Gastón Bardengo, lo más gratificante es el proceso completo: desde la cría hasta ver a los caballos competir. El resultado final, ver un caballo que él mismo crió y entrenó jugar un partido de polo, es la "frutilla del postre". Este proceso, que puede durar hasta ocho años, requiere paciencia, conocimiento y una profunda pasión por los caballos. La búsqueda de la mejor madre y el mejor padrillo es una tarea constante, que implica un profundo conocimiento de las líneas genéticas y la colaboración con otros criadores.
Por otro lado, la sequía de los últimos años ha presentado un desafío importante para los criadores. La falta de pasturas afecta la alimentación de los caballos y genera un desorden en la cadena forrajera. A pesar de estas dificultades, Gastón y su equipo siguen criando alrededor de 50 potrillos por año, demostrando su resiliencia y adaptación.