Opinión

Creo que vale la pena. Inclusión… pero total

Por Carlos H. Lapenta
jueves, 12 de diciembre de 2024 · 08:00

Es indudable que en Argentina las grandes y continuas campañas que institucionalmente se vienen dando desde hace varios años para lograr una inclusión social plena, hasta el momento parece arrojar resultados satisfactorios, aunque de ninguna manera puede considerarse un éxito total.  ¿Es más que antes? Sí. ¿Alcanza?  No.  ¿Falta mucho? Sí.

Muchas veces al hablarse de inclusión social se cae en el simplismo ramplón y en otros casos la demostración de inclusión emociona como en nuestra ciudad lo han demostrado los integrantes de “Che Tango” y la Peña Virgen de Loreto, incluyendo en sus presentaciones a personas diferentes

Si la inclusión social se entiende como un proceso para mejorar y facilitar las habilidades, las oportunidades y la dignidad de las personas que se encuentran en desventaja para que puedan integrar y participar en la sociedad, es necesario también acompañar esas acciones con actitudes que alienten esa participación

No hay dudas que esa inclusión es muy valorable, pero, como contrapartida se suceden situaciones donde en un ámbito de aparente normalidad, se cae en una exclusión, evitable por cierto, por falta absoluta de empatía y eso también es grave.

Lo malo y es ahí donde se nota la mayor falta de empatía, y quizás también de desconsideración, se genera en aquellos lugares donde existen elementos que pueden facilitar la mejora de esas dificultades y se dejan de lado: por ejemplo, y uno de los más claros y recurrentes, es el rechazo a usar micrófono, cuando seguramente en cualquier acto hay personas con dificultades auditivas, en algunos casos con evidencias muy notorias. 

Es cierto que la utilización de micrófonos en muchos casos condiciona al expositor no acostumbrado a su uso, pero es peor aún el momento que debe atravesar aquel que por esa situación se limita, o en el mayor de los casos queda excluido de lo que se expone.

Estamos en los días previos a la concreción de cientos de actos por la finalización del año, sería muy importante que en esos acontecimientos la inclusión sea total, sin excluir a quienes tienen disminución auditiva, sólo por la comodidad de no utilizar los micrófonos.

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