12 de octubre, Día del respeto a la Diversidad Cultural

Una nueva mirada sobre las culturas precolombinas

El profesor Rubén Osvaldo Cané Nóbile elaboró el siguiente texto en relación a la fecha que se conmemora hoy.
sábado, 12 de octubre de 2024 · 08:00

Muchas veces nos encontra­mos con personas que tienen dificultad para comprender que los adelantos técnicos que hoy conocemos son el producto de miles de años de evolución científico-tecnológica, de estudio e investigación y también en reite­radas ocasiones de fracasos, errores y frustraciones hasta dar con el camino correcto que de­semboque en un descubrimien­to o invento que mejore nuestra calidad de vida.

Además -como sabemos- no siempre los inventos son benefi­ciosos para la humanidad; una nueva arma, más mortífera que las anteriores, dista mucho de ser un adelanto.

Pero circunscribámonos aquí a los conocimientos científicos beneficiosos para el género humano y veremos que no faltan quienes, parados en el presente y sintiendo que el estudio de la historia es inútil porque se ocu­pa de lo que ya pasó (que, por haber ya ocurrido, está muerto y es irreversible), y del conoci­miento que se pueda obtener de su estudio no se puede obtener nada que sea válido para el pre­sente. Piensan con desprecio que los pueblos precolombinos que vivieron, por ejemplo, entre el año 10.000 antes de Cristo y 1492 des­pués de Cristo no eran importan­tes porque no tenían armas de fuego, no conocían la luz eléctri­ca, ni los medios de transporte que tenemos nosotros, etc.

Pero la vida no siempre fue así como la conocemos hoy. Cada pueblo aportó conocimientos positivos para la humanidad y nos fue resolviendo problemas que hoy no tenemos y gracias a eso, nosotros seguimos progre­sando, y los pueblos originarios podrían haber aportado más si el desprecio, la soberbia y la incomprensión no hubieran impulsado a muchos conquistadores a destruir el patrimonio cultural de los indígenas que esta­ban sometiendo.

Por lo tanto, están equivocados cuando se preguntan cómo no se dieron cuenta de que es mejor iluminarse con luz eléctrica que con antorchas o fogatas, de que una casa de material es mejor que una choza, de que en auto, tren o avión se viaja más rápida y cómodamente que a pie, descalzo, o cal­zando sandalias y de que es mejor transportar merca­derías en camiones, barcos o aviones que sobre la espalda o sobre el lomo de una llama. Pues cada pueblo vive su circunstan­cia histórica y conforme va pa­sando el tiempo va respondiendo a sus necesidades con los ele­mentos de que dispone o los que va creando, perfeccionando los anteriores hasta superarlos to­talmente y en algunos casos abandonarlos. Por ejemplo, cuando los pueblos primitivos se hicieron sedentarios y desarrollaron una agricultura eficaz, abandonaron el nomadismo.

Por lo tanto, para apreciar el valor de cada cultura, es necesario comprender que el avance científico de las altas culturas precolombinas era, en algunos aspectos, superior al que habían alcanzado los euro­peos en 1492, cuando éstos irrumpieron en América. Las civilizaciones maya, azteca e inca (por sólo nombrar algunas) deslumbraron a los conquistadores, no sólo por sus riquezas, sino también por el grado de desarrollo alcanzado.

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