Se fue un mozo y hoy falta una bandeja…

Se fue un mozo, en un eterno e infinito viaje, hacia otra dimensión, de azul eternidad y rutilantes estrellas…

Se fue un mozo, y partió con él, su franca cordialidad y su actitud servicial y afable, delante de la gente y la clientela, en tantas y tantas jornadas de atención al público, constante y laboriosa…

Se fue un mozo, quien a través del tiempo y de los años, supo mantenerse fiel a su diaria actividad, su firme vocación, su empeño y sus mejores sueños…

Se fue un mozo que, por su trayectoria y aptitudes personales, cosechó la consideración, el respeto y el espontáneo afecto, de nuestra comunidad chivilcoyana.

 Se fue un mozo, humilde, modesto y sencillo, que nos dejó el reconfortante ejemplo del trabajo y el esfuerzo, ganándose el sustento de la vida, de un modo límpido y honesto.

Se fue un mozo que, era toda una cabal figura representativa, del quehacer, el espíritu y las filas del rubro gastronómico…

Se fue un mozo, y quedó flotando, entre las mesas y sillas, y en el aire, el corazón y el alma del ambiente, una profunda impresión de vacío, un sentimiento de ausencia y, todo un largo y doloroso silencio…

Se fue un mozo, y falta una bandeja, con un café humeante, lleno de mágicos aromas, especial encanto nocturno y románticas y bohemias nostalgias…

Se fue un mozo de ley, auténtico, tenaz y verdaderamente comprometido; hoy falta una bandeja, llevando sus genuinas ganas y su particular dinamismo de siempre, pero en un lejano y entrañable lugar, de alguna de las barriadas del universo, abrió las puertas, una nueva y luminosa cafetería, para servir eternamente a Dios y a los ángeles del Cielo.

Procurador Carlos Armando Costanzo, fundador y director – organizador del Archivo Literario Municipal y el Salón del Periodismo Chivilcoyano.