Opinión
Ni River, ni Boca… La selección Argentina
Por Eduardo Dadario Referente Avanza Libertad. Precandidato a concejal en la lista de Juntos x el Cambio Larreta - Santilli – Espert – Sotera.Los Argentinos somos muy pasionales, a veces en demasía. En todos los ámbitos nos caracterizamos por enarbolar banderas que hasta muchas veces no tienen razón de ser. O somos de Boca o de River, de Chevrolet o Ford, hasta para las comidas, asado o pastas, con fritas o ensalada y es obvio que en materia política esto no cambia demasiado, o sos zurdo o facho, de derecha o de izquierda, la interminable puja del blanco o el negro. Pero, al momento que nuestra selección de fútbol juega, ahí si nos ponemos todos la camiseta y somos todos Argentina.
La selección campeona del mundo en el ‘22, es el ejemplo a seguir en todos los aspectos de nuestra comunidad y por ello aquello que nos lleva a un sincero y verdadero fanatismo en conjunto. Pero no todo fue color de rosa para nuestro conjunto futbolístico en los últimos años, nos llevó 36 años volver a ser los mejores del mundo. En todo ese tiempo pasaron por el plantel de la mayor jugadores impresionantes, pero, ni con Maradona en el 90 y 94 o con Messi en todos los mundiales que jugó con la celeste y blanca alcanzaron el premio mayor. Tampoco nos faltaron técnicos de prestigio: Bilardo, Pekerman, Basile, Pasarella, Maradona y otros condujeron y no lograron el objetivo.
¿Qué tuvo que pasar para que seamos campeones?
Un día, después de renuncias por malos resultados Tapia le pidió a un tal Lionel Scaloni que se haga cargo temporariamente como DT de la selección, y desde ese momento empezaron a cambiar las cosas. Scaloni demostró que el equipo debía formarse de forma profesional y dejar las pasiones de lado, es obvio que Messi tenía la 10 asegurada, es el mejor jugador del mundo, pero además de otros 3 o 4 jugadores, el resto tenía que demostrar que se ganaba su lugar en el plantel y en la cancha, que merecían jugar con la albiceleste. Eso de lo que tanto se habla, la meritocracia, y no poner a tal o cual con el dedito porque era amigo o estaba en un buen momento pero no rendía y no se amoldaba al equipo.
Estoy seguro que todos vivimos el partido final con el corazón a mil, que todos queríamos abrazar a Messi, al Dibu o a Montiel y agradecerle a Scaloni, ese técnico criticado y vapuleado que condujo como nadie con su equipo detrás a esta selección a lograr el objetivo. Al momento de estar millones unidos cantando a garganta partida “¡¡¡Muchachos…!!!”, en ese abrazo en medio de la calle con quien estaba a nuestro lado, nadie era de Boca o River, nadie defendía a tal o cual bandera política, éramos todos compatriotas, hermanos Argentinos.
Este 2023 hay elecciones y vamos a votar a quienes dirigirán el futuro de nuestro país, de nuestras provincias y de nuestras ciudades. Sería lógico dejar de lado los fanatismos políticos, no seguir solo a un mesiánico, o nuevamente intentar con técnicos que ya sabemos nos hacen perder todos los partidos y tomar como ejemplo a la Selección Argentina.
De una vez por todas, nosotros como ciudadanos tenemos que ponernos la camiseta y elegir al mejor técnico, acompañado por su equipo de profesionales, hacer lugar al mérito, y ver que pongan en la cancha internacional a nuestros jugadores estrella. Mi abuelo, que era Italiano, siempre decía: “Argentina es el país más rico del mundo, tiene todos los climas, acá donde sembrás algo nace solo, tienen mar, tienen lugares hermosos y riquezas que ni se sabe”… y hoy agregaría: tenemos litio, petróleo, gas, agro, industrias, conocimiento… tenemos todos los mejores jugadores. Nos falta saber elegir al mejor cuerpo técnico.