Por Dr. Emmanuel Langone

El famosísimo... "le hicieron firmar" y el delito de hacer firmar a un incapaz

Jurídicamente hablando, nunca se pueden aceptar dichas frases como argumento, ya que los actos jurídicos se presumen libremente firmados por las personas.
domingo, 7 de mayo de 2023 · 08:00

En esta ocasión voy a abordar, un tema de debate popular que hace años traté, pero que sigue sorprendiéndome su permanencia en la sociedad, desmitificando para ello, criterios urbanos en relación a la firma “involuntaria” de documentos por terceros, sean tíos, primos, abuelos, socios, etc. Creo que todos, -en realidad me atrevo a afirmarlo-, hemos escuchado o dicho alguna vez esta frase: "a … le hicieron firmar". No deja de sorprenderme la gran cantidad de personas que utilizan algunas de estas expresiones, para explicar o justificar determinada conducta o reclamo, o incluso para culpar a otra persona.                                                           

Por ejemplo: "Mi ex me hizo firmar un poder" o "Mi sobrino le hizo firmar "algo" a mi abuelo" o "Mi cuñado le hizo firmar "un papel" a mi hermana" o "El escribano me hizo firmar en algún lugar de la escritura" o "El abogado me hizo firmar no sé qué escrito". Variantes de estas frases, son moneda corriente en nuestra sociedad, sirven para explicar casi todos los conflictos, especialmente los familiares. Al punto que admite casi todas las conjugaciones ("me", "te", "nos" hicieron firmar). Por supuesto, pocas veces escuché decir "le/les hice firmar".                                  

Ahora bien, jurídicamente hablando, nunca se pueden aceptar dichas frases como argumento, ya que los actos jurídicos se presumen libremente firmados por las personas. Y, además, dichos actos son voluntarios, son hechos con "discernimiento, intención y libertad". Dicho al revés, sólo podrá decirse que un hecho no fue voluntario, y en consecuencia no generará ninguna obligación, si se demuestra que no hubo "discernimiento, intención y libertad".                            Ya puedo imaginar a algún lector envalentonándose y pensando "la tía no tenía discernimiento cuando firmó el testamento", o "yo no tenía intención cuando firmé el poder", o "mi padre no tenía libertad cuando firmó la escritura", etc. Lamento ser aguafiestas, pero aquí es necesario aclarar algunos puntos. La ley presume que los actos son válidos, el interesado en demostrar lo contrario, es decir, es el obligado a probar su posición y no al revés. Esto significa que si alguien quiere probar que "el tío no sabía que firmaba un poder", le corresponde a ese alguien, probar el supuesto desconocimiento del tío. La mayoría de las veces la argumentación no viene por el lado de la salud, sino por el lado del también famosísimo "le lavaron el cerebro". No por repetida, deja de ser una expresión asombrosamente equivocada. La mayoría de las veces se cataloga de "lavado de cerebro", una situación que simplemente no nos gusta o nos resulta desfavorable.     

También puede suceder, que se pueda probar el engaño perpetrado contra una persona vulnerable, entiéndase una persona incapaz. Tal es así, que me consta por una causa que tengo presente, el procesamiento de un escribano y de una cuidadora, por el engaño a una persona de tercera edad, de 95 años, sin hijos, quien firmó un poder de administración de bienes a favor de la cuidadora. Dicho poder, fue suscripto en su casa, en una cama ortopédica donde estaba postrada y por la noche. El escribano fue considerado partícipe de la maniobra, ya que el mismo concurrió de noche a la vivienda, vio a la anciana postrada en una cama ortopédica y debió advertir lo extraño de la situación. La mujer no estaba en condiciones de resolver sobre sus actos, cuando firmó la revocación del poder de su sobrina y suscribió el nuevo poder para su cuidadora. Además, sabía que no estaba ante sus familiares directos y pese a ello no se comunicó con ninguno de ellos antes de avalar el acto. Los magistrados, a buen tino, sostuvieron que no puede alegarse por parte del escribano, un desconocimiento de la ostensible incapacidad psíquica de la firmante, para comprender los alcances de sus actos.                                            Además, debe anexarse, el tenor de las conversaciones por WhatsApp que mantuvieron los involucrados, diciendo lo siguiente:” El escribano va a ir a las nueve de la noche”. “Escuchá que no se duerma la vieja, mantenela despierta”.                                                                                                              En las pericias médicas y psicológicas también, se destacó que la señora mayor tenía una comprensión muy limitada, sólo podía seguir órdenes simples y a los pocos segundos se olvidaba debido a su cuadro clínico. Era “ostensible el deterioro psíquico”, coincidieron todos los peritos. En la misma línea, se advirtió que lucía poco cuidada y estaba en una “situación de vulnerabilidad”. Los magistrados procesaron a ambos imputados y embargaron a cada uno por dos millones de pesos por el supuesto delito de “defraudación por circunvención de incapaz”, delito previsto en el art. 174 del Código Penal. Si un familiar pasa por algo así, no dude en denunciar. Hasta la próxima…

Comentarios

8/5/2023 | 22:52
#188048
Langone, los primeros buitres son uds
8/5/2023 | 16:43
#188047
que pasa si un grupo de abogados con un escribano envian una carta aberrante y falsa plasmada de calumnias e injurias en contra de una persona enferma donde se denuncia eso?..
8/5/2023 | 14:22
#188046
Para langone la selección
8/5/2023 | 11:32
#188045
Cansaaaaa.El que necesita asesoramiento irá a Tucumán 15.
8/5/2023 | 10:55
#188044
otra vez lo llaman doctor? Hizo el doctorado? cansas mas que coty con las fotos imaginate.....
7/5/2023 | 12:15
#188043
Te quedaste sin tela con el tema persecucion? Que cansador