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Pasada una década, una reflexión
Una persona es lo que su educación hizo de ella. Vienen las elecciones, y todos hablan de seguridad, de narcotráfico, economía y etcétera.
Creo que lo que hay que discutir son las prioridades, se habla de síntomas y no de causas, de problemas pero no de soluciones, parece no haber ideas de cómo hacerlo en un país donde el trabajador promedio, el asalariado, hoy es pobre.
La llave que abre la puerta a la solución de los problemas es la educación, “Tanto aquí como en todas partes, además de debate, la educación necesita fondos, necesita inversión”, decía Jerome Bruner.
No escucho propuestas, solo vaguedades (ni hablar de los que, en vez de proponer construir, plantean dinamitar todo).
Nuestro problema es de educación y valores, lo que nos ocurre forma parte de lo que le sucede a una sociedad que se degrada y que no ofrece a los más jóvenes oportunidades, pese a la gratuidad del sistema educativo. Las carencias que enfrentan niños y jóvenes en porcentajes alarmantes y la falta de políticas que las resuelvan, hipotecan nuestro futuro (sumémosle la deuda con el FMI a los condicionantes).
Los pedagogos J. Bruner y F. Tonucci coinciden en que hay que evitar que los alumnos se aburran en las escuelas. Quizá por eso pensé en el juego como mediador del aprendizaje y al parque Cielos del Sur como escenario y herramienta.
El parque como escenario permite poner en práctica acciones educativas y garantiza la igualdad de oportunidades para aprender. Sirve para jugar, y el juego contribuye de manera efectiva al desarrollo global e integral de la personas.
Lleva una década de existencia, pero el tiempo transcurrido desde que fue pensado habla por sí sólo.
La idea fuerza era dotar a la ciudad de un espacio que extendiera los aprendizajes del aula. Nació en 1995 cuando le llevé los bocetos al ingeniero Eduardo Averbuj, especialista en centros interactivos para que me confirmara la viabilidad del proyecto. Hicieron falta muchos años para convencer de la importancia que podía tener para la región. Fue recién en 2012 que se materializó el proyecto de parque Cielos del Sur, inaugurado el 18 de abril de 2013.
Para algunos sigue siendo el parquecito enfrente del club Independiente, para otros lo que hace (hacia) Zandanel con Júpiter y Saturno (como si fuera un caprichoso pasatiempo).
Para los que estudiaron y trabajan en educación en ciencias es lo que es: un escenario y una herramienta únicas puestos al servicio de la comunidad.
Pese a la dedicación y el esfuerzo, no he sabido o no he podido lograr incorporar el parque en forma cotidiana a la educación de nuestros jóvenes.
Dicen que para muestra basta un botón: años atrás, una especialista de primer nivel en ciencias y sus didácticas, le dijo a una directora de un establecimiento educativo local “¡Uds. No saben lo que tienen! Es maravilloso…”, a lo que la directora respondió: ¿será para tanto?
Me alejé y nada pasó, nada cambió, no hubo repercusiones, algún comentario en las redes, todo sigue igual, el parque Cielos del Sur está ahí y hoy cumple 10 años.
Armando Eugenio Zandanel