60 años de vida comercial

Eduardo Rubbo: “ Estoy contento del acompañamiento y el cariño”

El reconocido comerciante y ex legislador radical, dialogó con LA RAZÓN, en el marco del 60º Aniversario de la firma que encabeza junto a su familia y empleados, “modestamente estoy muy contento”, expresó, “nunca eché a un empleado, quienes se iniciaron conmigo, se jubilaron acá, a ellos y a mis hijos, todo mi reconocimiento y cariño”.
domingo, 25 de septiembre de 2022 · 08:00

Eduardo Rubbo encabeza la firma “Rubbo Repuestos”, emplazada en Avenida Sarmiento Nº 158, “el local es nuestra carta de presentación”, nos dice al recibirnos, “estamos muy contentos por cumplir 60 años de actividad comercial”.

“Cuando empecé con el negocio, con mi mujer ya éramos novios, lo hicimos juntos, ella como docente y yo como comerciante” apuntó, “el 2 de septiembre del año 1962 comenzamos en Av. Sarmiento Nº 191, que era la casa de mi abuelo paterno Rubbo, con 25 años, ya siendo concejal en esa época, llevando la actividad comercial y la política de manera paralela, aunque no vivía de la política, porque en esa época nosotros poníamos dinero”, ríe, “aunque la actividad política no es el tema de hoy”.

“Empezamos en una pieza de 4x4”

“Empecé con las estanterías en forma paralela para que no se viera que las cajas en su mayoría estaban vacías, era cuestión de arrancar”, compartió, “yo hacía la mano de obra, con las herramientas que tenía, ya que había hecho la Escuela Industrial, en Mercedes y terminé 5 y 6to año en Chivilcoy, en 1956. Me fui a estudiar Agrimensura en La Plata, pero hice dos años y me volví. Me gustaba mucho el campo, ya tenía a mi hermano que se dedicaba, alguien que colaboró mucho conmigo, trabajé un año en una oficina técnica y luego pusimos el negocio”.

“Ya cuando nacieron las mellizas, el negocio estaba en la esquina, papá me había cedido el local de la esquina, ya me sentía un empresario, pasando de una pieza a un local en la avenida”, prosiguió, “rectificaba campanas, armaba las cintas, facturaba, fuimos incorporando empleados, comprando la primera propiedad enfrente, lo que hoy es la casa de mis hijas, una vive abajo y la otra arriba. Luego compré lo de al lado, en el ‘75 compré este local, después vino el rodrigazo, paramos la obra, para en el ‘78 terminar de instalarnos, con salida a la calle Alem; ya unos años después pasando el taller ahí, agrandando el stock de mercadería y diversificándose en la variedad. Frenos y embrague fue el inicio, agregando todo lo que sea repuestos, menos motor”.

“Nunca eché a un empleado”

“Empleados tuve varios, todos los que entraron se jubilaron conmigo, todavía hay uno que hace 42 años que está trabajando junto a nosotros, si Dios quiere, el año próximo se jubila, los otros dos muchachos que se jubilaron, lamentablemente fallecieron ambos, yo nunca eché a un empleado, acá en el negocio nunca”.

Trayectoria familiar

“Llegó un momento en el que les pedí a mis hijos que se hicieran cargo del negocio, porque se convirtió en algo grande para manejarlo solo, sumado a que los sistemas de facturación y compra se fueron complejizando. En mis comienzos, mi mujer me hacía los resúmenes, para las cobranzas, las cuentas corrientes. Tengo muy lindos recuerdos y muy pocos malos. Mis tres hijos siempre estuvieron comprometidos, Fernanda se jubiló como docente y hoy hace actividades al margen del negocio, pero en contacto permanente, siempre está. La que está a cargo es María Mercedes, al frente del negocio hoy, asumiendo la responsabilidad total de la parte administrativa, junto a la parte técnica a cargo de Sebastián, Bruno y Alfredo”.

Apostar en pandemia

El año pasado quedó inaugurado el taller para la línea de pesados, en el Acceso Perón, “es de dimensiones grandes para servicio de frenos, elásticos, suspensión y dirección de camionetas y camiones. Fue toda una apuesta en la pandemia, encaramos junto a mi hijo Eduardo Gabriel, él es escribano, pero acompaña y participa desde lo empresarial, apoyando la idea de Mercedes de poner este taller. Ambos me entusiasmaron y no nos equivocamos, ya que está trabajando muy bien a cargo de Pablo y Franco, dos personas excelentes”.

“En realidad estoy muy contento modestamente, hemos emprendido en un momento donde todo el mundo se achicó”, indicó, “nosotros nos agrandamos, con dificultades como todos, hemos tenido a lo largo de todos estos años actividad con todos los bancos, vivíamos a créditos que invertíamos, a costa de eso, crecíamos, eso sí, no me lo gastaba en veraneo, veranear era cuando había plata”.

“Es un poco la historia resumida de esta pequeña empresa, de la que estoy muy contento, de que mis hijos me acompañen y de los empleados que tenemos, con un gran reconocimiento y cariño por ellos”, concluyó.

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