Laura Fernández Cagnone
“La política no es mala, está ejercida por malas personas”
Laura Fernández Cagnone, productora agropecuaria, dialogó con LA RAZÓN sobre su paso en la política partidaria, su lucha durante “la 125” junto al sector, y su decisión de acompañar diferentes luchas, ya por fuera de la política partidaria.“Somos la cuarta generación en el campo”, detalla sobre la labor que lleva adelante junto a su hermano Martín, “somos pequeños productores, no somos oligarcas ni terratenientes, realmente, hasta el 2008, como la gran mayoría de los productores, vivía tranqueras adentro, con la resolución 125 de golpe me encontré en la ruta, yendo al Congreso, participando de asambleas”.
Ya en el 2009 se involucró en política partidaria, como candidata a diputada nacional de la Coalición Cívica, “representando al sector, no entré por un lugar, trabajé durante cuatro años por el compromiso asumido para el partido que me dio ese lugar”, refirió, “después me bajé de la política partidaria, todo lo que hago ahora es en calidad de mujer rural que vive en el campo y de ciudadana”.
Días pasados, participó de la convocatoria por la Autovía 5 en la rotonda de la Ruta 5, “allí nos vimos, me pareció importante estar, porque todo lo que tiene que ver con el bienestar de las personas a mí me interesa, quizás por eso dejé de participar en política partidaria”, dispara.
Por fuera de la política partidaria
“Fue una etapa”, indicó sobre su decisión de dejar de hacer política, “es muy difícil cuando tenés convicciones, valores y principios firmes, transitar en el camino de la política, pertenecer a un bloque de un partido político implica ser fiel a lo que ordena, la política no es mala, está ejercida por malas personas, malos políticos, lo que uno ve es que están totalmente enajenados, alejados de la realidad y de la vida de los ciudadanos, por eso dejé de participar, prefiero ser una ciudadana que reclama y que se compromete por causas que considero justas”.
La gente la está pasando mal
“Me preocupa el estado de ánimo que se percibe en la calle, la gente no llega a fin de mes y hay mucha preocupación, no se trata sólo del sector agropecuario, las pymes, las economías regionales están siendo vulneradas, mientras que nos quieren entretener con cambio de figuritas, de caras visibles, con un ministro con superpoderes, estoy molesta al ver al Sr. Presidente levantar el dedo acusador y tratar al sector del campo como oligarcas sin solidaridad, que retienen el cereal y no lo venden. Eso no es verdad, el primer semestre es récord histórico de liquidación de cereal, son ellos los responsables del desmanejo de lo que recaudan”.
Ciudad contra el campo
“Otra vez se está poniendo la ciudad contra el campo, el sector hoy en día es afectado por el diferencial del tipo de cambio, más allá de las retenciones, porque vendemos al dólar oficial del Banco Nación nuestra producción, menos retenciones, pero cuando tenemos que ir a comprar insumos, pagamos en dólar al contado, con liquidación, esto nos está matando, encima, si hay un déficit de balanza comercial, la mayoría de los insumos son importados, ¿si no permiten la importación con qué vamos a afrontar la próxima campaña?, la solución para el país es que entren más divisas del campo al país, sería una rueda virtuosa si se bajan impuestos con políticas a largo plazo, si se siembra sabiendo que cuando se va a cosechar continúan las mismas reglas, en la Argentina esto no se sabe y, en ganadería, mucho menos, nos están asfixiando de a poco, no van por la renta, ellos van por las tierras, porque cuanto más concentración es más fácil negociar y para esto hay que destruir a los pequeños y medianos productores; ese es el camino que se avizora, ojala se entendiera que si nos sacan el pie de encima sería más y mejor bienestar para toda la población”.
El arraigo rural
“Que la gente viva y se quede en el campo es promovido por la ganadería como actividad, blanco -durante todo el kirchnerismo- de pésimas políticas”, indicó, “con muy pocos rodeos de vacas en el partido, porque dejó de ser rentable, es una actividad que se perdió. Ya queda poca gente que viva en el campo, yo vivo en el campo y es muy feo ver como todas las luces al final del día vuelven para la ciudad, prácticamente no queda nadie, antes no era así”.
“La vida de campo hace a las personas mucho más simples y eso nos vendría bien como sociedad”, concluyó.