Chivilcoy merece otro destino. Chivilcoy merece otro futuro

 ¿Quién puede avizorar el futuro de nuestra sociedad?

Quien puede mejorar el presente tan dolido y frustrante.

Llevamos varios años de caída de la producción, el salario viene en caída libre. Y para salvarse de las consecuencias los kirchneristas escapan como ratas del gobierno nacional.

El gobierno provincial no existe, pivotea entre las partidas presupuestarias a municipios para contar con su apoyo y la verba de Berni que actúa como opositor al gobierno que él mismo representa.

Es la dicotomía y la enfermedad política de la actualidad. Somos gobierno pero somos opositores. Estamos pero a su vez nos vamos por las dudas. Es una actitud enfermiza colmada de cinismo y oportunismo.

Mientras tanto la violencia política sobrevuela Chivilcoy, no hay tiros ni golpes de puño pero la psiquis de los políticos locales no alcanza para grandes proyectos, ni para políticas públicas en beneficio de la sociedad.

Manejan las cajas de la política a nivel nacional, provincial y local para beneficios pero sin pensar en la gente o en los distintos sectores que componen nuestra sociedad.

Hay falta de respeto, hay violencia política y hay un alcahuetismo vergonzoso que los apoya y los defiende aún ante la evidencia del desamparo, de la inequidad, de la mentira. Qué lejos estamos de políticos que supieron trabajar por nuestra Ciudad y soñar un futuro mejor.

Qué atraso que sufrimos que hoy la dirigencia política no sabe respetarse y respetar al prójimo. Hoy cada dirigente que maneja la Caja se cree que es el dueño de la cuadra.

El Pato me dice que no importa, que sigan pastoreando que prontito voy a ver que a cada Chancho le llega su San Martín.

Ojalá que así sea, yo quiero un Chivilcoy decente, respetuoso, solidario, con futuro para los jóvenes y no un grupo de poder que se crea dueño del pueblo como si fuesen capataces de estancia.