Publicación pedida
Carta abierta a todas las personas hostigadas y amenazadas por funcionarios municipales
Hacer periodismo REAL en Chivilcoy es una tarea de riesgo que consumió mi salud y también la certeza de mi seguridad. Quiero sentar un precedente para que estas patoteadas no ocurran másDesde que denuncié a los funcionarios que me hostigaron simplemente por dar voz a vecinos de una localidad rural por el mal estado de un camino, no paré de recibir mensajes de personas contándome experiencias similares a la mía, e incluso peores. Se empezó a destapar una olla a presión que no da para más y para colmo continúan redoblando la apuesta.
No puedo contar todas las vivencias de quienes me escribieron porque no alcanzan las páginas de este diario, pero está a disposición la información para cualquier fiscal quiera actuar de oficio u organismo de Derechos Humanos. Estas son algunas de las experiencias que me transmitieron ciudadanos y empleados municipales:
-Sufría ataques de pánico y ansiedad, pidió licencia psiquiátrica que no le respetaron. Le pasaban horas extras que nunca cobraba porque "se la quedaban ellos". No le renovaron contrato y acomodaron a un familiar en su lugar.
-Estaba en una cooperativa, por ciertas cosas que no le gustaron pidió una reunión con una autoridad de la municipalidad. Dos días antes de ir a reunirse la echaron. Tiene hijas pequeñas. No cobró la indemnización que le prometieron en cuotas y sigue desempleada.
-Echado / a por comenzar una relación amorosa con un compañero de trabajo.
-Recibió una llamada llena de insultos por parte de un funcionario tras haber twitteado sobre la falta de transparencia.
-Tuvo problemas en una institución educativa por la militancia política de su yerno.
-Su jefe le pide que revise su “cuerpo cavernoso”.
-Pidió una audiencia y llevó fotos del estado de su barrio. Como respuesta recibió maltratos y fue acusado / a de querer hacer política partidaria.
-Trabaja de forma privada, solicitó algo para su trabajo y le dijeron que “no podía meterse ahí”. Tenía que hacer trámites en el municipio. Le mandaron por Whatsapp "te metiste en la boca del lobo” y una carita sonriente.
-La iniciaron sumario por haber avisado que una compañera de trabajo podía tener síntomas de covid y hacer una publicación en Facebook. La echaron.
-Entró dos veces al hospital por intento de suicidio. La primera vez le hicieron lavaje de estómago y lo mandaron a su casa. La segunda, le vendaron las muñecas y lo mandaron a su casa. La tercera vez no falló.
-Tenía una enfermedad terminal y era viudo. Quería dejarle la pensión a su hijo más chico. Estaba todo el expediente armado para el trámite. La funcionaria que debía poner la última firma no lo hizo porque “se colgaba”. Murió sin poder dejarle la pensión a su hijo. Más tarde, en 2020, el chico se quitó la vida.
-Trabaja hace 17 años en la municipalidad, profesional recibido, trasladado al corralón después de las elecciones del 2019 por militar en el Frente de Todos.
-Tenían un pequeño programa radio FM Zona Rock. Pidieron pauta. Nunca fueron recibidios, ni se les dio pauta por no ser afín al oficialismo y militar en el Frente de Todos. Los otros programas de la radio sí tenían pauta.
-Había sido nombrado / a para un cargo jerárquico, pero como cambió su situación familiar y debía pedir licencia le dijeron que no podían darle el puesto y lo tomó otra persona.
-Pidió muchas veces habitar una escuela rural sin alumnos. No se lo concedieron por un requisito del reglamento que sí permitieron a otras personas que tampoco lo cumplían.
-Mensaje copiado textual: “Hola Jimena, qué se puede hacer con el abogado que atiende a las víctimas de violencia de género en la comisaría porque maltrata a las víctimas”.
Yo no puedo hacer las denuncias por la vía formal porque no soy la afectada y les agradezco que me hayan contado sus experiencias para sentir que no me pasó a mi sola. Pero les pido encarecidamente que lo hagan y que se animen. Entiendo a quienes tienen familiares trabajando en dependencias municipales y temen represalias y a quienes actualmente trabajan ahí. A quienes tienen miedo de perder la beca. A quienes han sufrido todo tipo de abusos, maltratos, amenazas y hostigamiento.
Pero a pesar de haber ganado las elecciones legislativas con muchos menos votos de los que esperaban, este gobierno está débil y golpeado por su mala comunicación, su mala gestión y su impunidad. Se escudan entre ellos, entre los propios funcionarios poniéndose “me gusta” patéticamente porque nadie más los defiende, y muchos de sus votantes están decepcionados. Les queda la tribuna y los fanáticos. El aparato se está cayendo y se está notando el cartón pintado. Hacen mejoras solo cuando se agitan las aguas en los medios. Reaccionan de manera poco inteligente y violenta porque saben que se les está acabando el despotismo, porque los destapé públicamente en su accionar.
Por eso, aprovechen los vientos a favor de lo que generó mi propia experiencia. Las denuncias se hacen en comisaría 1ª, Comisaría de la Mujer, Ayudantía Fiscal y hasta en el propio Juzgado de Paz. En lo personal tuve una mala experiencia con el área de Género de la Municipalidad, pero tengo que nombrarla como una de las áreas de asistencia.
Paremos los modos patoteriles y antidemocráticos entre todos. Sé que a ustedes también los amedrentaron por redes sociales, a través de cuentas de usuarios falsos o cuentas reales con total impunidad. Sé que tienen mensajes, capturas, audios y hasta videos. Hagan valer sus derechos. Nadie puede avanzar así sobre sus libertades. Yo también sufro hace días el acoso permanente en redes sociales, con total impunidad y sin ningún tipo de percepción de lo que significa avanzar sobre una persona común desde un lugar de poder como es ejercer un cargo público político. Sigo siendo difamada por funcionarias mujeres -para evitar que los acuse nuevamente por violencia de género- que quieren desacreditarme por contar las verdades y las situaciones de los vecinos del partido de Chivilcoy. Pero si todos nos plantamos, la relación desigual que existe entre ellos y nosotros, los simples ciudadanos de a pie, va a ser menor.
Sé que cuesta, que hay miedo, que se la pasa mal, que se teme por los afectos, que hasta se generan problemas de salud como el que se me generó a mí con lo último que me pasó, por eso necesitamos ser muchos. Ya se sabe a nivel nacional que a mí se me cercena la libertad de expresión porque me apoyó el Foro de Periodismo Argentino. Ojalá tuviese el poder para poder ayudar a todas las personas que me escribieron, pero no lo tengo y soy una ciudadana más, sin padrinos políticos, como quieren hacerle creer a la gente, y sin vínculos con gente poderosa. Soy una laburante como ustedes. No tengo bienes de lujo, ni auto, ni casa propia, solo mi honestidad intelectual y mi dignidad. Trabajo para un privado, no tengo contrato en ningún ámbito estatal y no hago un programa subjetivo y favorable a un gobierno desde la red social oficial del mismo. Tampoco soy la dueña de ningún medio, sino que trabajo para uno. No quiero imponer mis ideas porque la gente tiene la libertad de consumir o no lo que yo informo y pienso, porque –repito- yo no uso ningún canal oficial y quienes no coinciden con mi línea editorial puede consumir cualquier otro medio.
Tengan en cuenta también que el oficialismo tiene espacios políticos aliados como Vamos con Vos, Movimiento Evita, la JP y ciertos representantes del radicalismo desesperados por un cargo. Así que fíjense bien a quien les cuentan estas historias que me contaron a mí.
Por último, agradezco a todas las personas que me leyeron, vieron y escucharon en estos cortos dos años que hice periodismo en Chivilcoy. Gracias a los que me instan a seguir, a aprovechar el momento de “fama” y a continuar dando voz a todas las personas que me pidieron hacer llegar sus reclamos, y que de alguna manera se sienten representadas por mi trabajo. Me hicieron pagar por eso, me descalificaron, me amedrentaron, trataron de censurarme, inventaron que yo manejaba un call center… pero no me arrepiento.
Sin embargo, como dije hace unos días, hoy, en este contexto, hacer periodismo REAL en Chivilcoy es una tarea de riesgo que consumió mi salud y también la certeza de mi seguridad. Quiero sentar un precedente para que estas patoteadas no ocurran más y estaré disponible para quien necesite números de teléfonos, contactos y ayuda. También para quienes, aunque no se animen a denunciar, necesiten contarle a alguien su historia. Me quedo con todas las muestras de agradecimiento que recibí todo este tiempo; con el apoyo de personas públicas y privadas; con los amigos y amigas que surgieron y que no hubiese conocido a no ser por este trabajo; y con las únicas posesiones que tengo en la vida que son mi honestidad y mi dignidad. Hasta siempre y seguiré queriendo saber qué pasó con Esteban Vella.
Jimena Villar