Informe especial 25N

¿Qué tanto hemos avanzado en la lucha contra la violencia en distintos ámbitos?

Hoy 25 de noviembre, Día Internacional de la no violencia contra las mujeres, desde LA RAZÓN, consultamos a tres mujeres profesionales con perspectiva de género, quienes desde sus lugares, hacen su aporte para erradicar de sus ámbitos a la violencia de género.
viernes, 25 de noviembre de 2022 · 08:00

La Dra. Carolina Torricella, es médica tocoginecóloga y se expidió acerca de la falta de perspectiva en los ámbitos académicos de la salud, la violencia obstétrica y la ley de parto respetado, mientras que la Dra. María Alejandra San Mauro, abogada y docente, centra el foco en jueces con perspectiva de género y una reforma judicial feminista urgente. Por último, Claudia Marengo, comunicadora con perspectiva de género y activista en contra de la gordofobia, alerta sobre los estragos de la violencia corporal, responsabilidades y mandatos sociales.

Dra. Ma. Alejandra San Mauro: La Reforma Judicial Feminista

“Desde que empecé a estudiar en la facultad encontré un camino nuevo, conocí la militancia y la organización como forma de lucha, y a partir de ese momento comencé a involucrarme desde el derecho en temas de violencia, discriminación y vulneraciones a lxs diferentes colectivos”, comparte sobre su acercamiento al feminismo y la lucha por la equidad de género, “me acerqué a un conjunto de compañeras abogadas y estudiantes y comprendí que el ejercicio de la abogacía era una herramienta que me permitía transformar realidades. Luego surgió la vocación docente, entendiendo que la educación es una herramienta fundamental para lograr cambios realmente significativos”.

“La justicia cumple un rol fundamental en el tema de las violencias, en los últimos años hemos tenido un conjunto de medidas legislativas y políticas públicas que constituyen avances en la materia, pero no son suficientes”, define sobre el abordaje de la violencia en la Justicia, “nos encontramos con un conjunto de impedimentos en la aplicación de esas medidas, que imposibilitan en muchos casos la protección efectiva de las mujeres y diversidades, nos encontramos con jueces con miradas patriarcales que rechazan nuestras solicitudes haciendo caso omiso a la legislación o generando nuevos obstáculos para que quienes sufren las violencias desistan de las acciones, por lo tanto, es necesario que el debate se centre en la Justicia que queremos, que las resoluciones judiciales tengan perspectiva de género evitando de esta manera el arbitrio judicial, por eso quienes ejercemos el derecho con perspectiva de género luchamos por una reforma judicial feminista”.

Al ser consultada si es optimista en los avances, confiesa que sí, “considero que gracias a la lucha colectiva se han conquistado nuevos derechos y a muchas situaciones de la vida cotidiana se les ha dado un marco legal. Creo que el feminismo tiene muchos desafíos por delante y que estamos en permanente aprendizaje, siendo este un movimiento que renueva sus luchas teniendo en cuenta la circularidad y las transformaciones socioculturales de la sociedad actual”, concluyó.

Dra. Carolina Torricella: La violencia obstétrica y la ley de parto respetado

Actualmente se desempeña en el Hospital Municipal de Chivilcoy y en el ámbito privado, así como también en la Región Sanitaria X, a cargo del Programa “Maternidad y Salud Perinatal” perteneciente a la Dirección de Equidad y Género del Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires. 

“Nosotros los ginecólogos y obstetras no recibimos formación durante la realización de nuestra especialidad pero no por eso debemos ignorar ya que debemos asumir el rol de educadores, capacitándonos, involucrándonos y por sobre todo estar atentos en nuestras consultas a detectar aquellas mujeres objetos potenciales de violencia de género así como aquellas que la están atravesando; creo que la clave está en corrernos un poco de la detección únicamente de enfermedades y tener una mirada y atención integral de la mujer e interrogar sobre estas cuestiones, no hacerlo, es perder la oportunidad de asistir o auxiliar a la víctima y por otra parte ignorar las consecuencias de ello como por ejemplo en los casos de violencia sexual, el contagio de Infecciones de Transmisión Sexual (ITS), y embarazos no deseados, etc.

“La violencia obstétrica afecta a la mujer y su bebé durante el embarazo, el parto y el puerperio. Es un tipo de violencia de género que, creo yo, está muy poco visibilizada por el conjunto de la sociedad y debe ser entendida y abordada con perspectiva de género. Un ejemplo podría ser y quizás es el más frecuente, el no acompañamiento de la embarazada por quien ella desee en el momento del nacimiento de su bebé, esto no puede seguir sucediendo y además es un derecho, en nuestro país existe la Ley N° 25.929 de Parto Respetado donde entre otras cosas garantiza el derecho al acompañamiento durante todo el proceso de embarazo (incluye acompañamiento durante las consultas prenatales), parto y puerperio.

Creo que el único camino es que todos los profesionales de salud y también la sociedad en su conjunto conozcamos y defendamos los derechos promulgados por esta Ley y seamos vehículo para su garantía.

Al ser consultada si es optimista por los avances en la materia, señala que sí, “creo que cada vez más la sociedad está más alerta y más interiorizada sobre los distintos aspectos de la violencia de género así que es el mejor camino entre todos, el primer paso para terminar con la violencia contra las mujeres es sacarla a la luz, tomar conciencia de ello y hacerse parte, no verla como algo lejano, debemos acompañar, escuchar y dar respuesta desde el lugar que nos toque”, cerró.

Claudia Marengo: La violencia corporal y la gordofobia

“Cuando me preguntan por qué soy feminista, aparecen mil imágenes en mi cabeza y se  amontonan miles de  motivos en mi garganta como si quisieran salir todos a la vez. Son demasiados y lo primero que pienso es: ¿alguna vez no lo fui?, ante discriminaciones que se dieron, incluso dentro de los feminismos, me aparece un instinto primitivo de protección, de necesidad de construir un lugar habitable en este mundo al pensar en mi hija. Creo que su nacimiento, hace más de 20 años, marcó un antes y un después en mi militancia feminista.

En este sentido, se confiesa atenta, “en brindarle  herramientas para que no se coma el verso de que los varones son mejores y más brillantes, para que no subestime su propio género o ponga límites a sus aspiraciones en un contexto en el que la educación, en general, está basada en principios sexistas y estereotipos de género.

Tuve la necesidad de trasmitirle que ser feminista es defender nuestros derechos buscando nuevas herramientas que no repliquen los dispositivos del patriarcado, un feminismo que  no habla de superioridad ni discrimina al otro género, que desarticule las desigualdades y violencias que sufren las mujeres por el mero hecho de serlo.

Reconocida por su activismo en pos de la lucha en contra de la violencia corporal y la gordofobia, cita que, “estoy atravesada por miles de vivencias y situaciones discriminatorias derivadas de la gordofobia. Años y años de sentir mis derechos vulnerados y tener experiencias violentas por el hecho de ser gorda, múltiples y muy naturalizadas situaciones.

La gordofobia es violencia, es el odio, rechazo, discriminación y estigmatización que sufrimos las personas gordas por ser gordas. Esta violencia se funda sobre la base de una serie de prejuicios que ponen en foco los hábitos, costumbres y modos de vida de las personas gordas y se asientan en una construcción social muy naturalizada en relación a que las personas engordan por no tener voluntad o no saber cómo cuidar su cuerpo para que éste sea delgado.

La mirada de la diversidad corporal viene a interpelar este modelo hegemónico de cuerpo sosteniendo que el cuerpo es una construcción social, pero, además singular y única para cada persona. La sociedad está repleta de mandatos, expectativas y prejuicios sobre aquello que se considera saludable, bello, normal. Por eso, es importante comprender que la discriminación hacia los cuerpos gordos es un problema social, no individual.

Al ser consultada si es optimista ante los avances y los cambios, reconoce que sí, “todas nosotras, las más jóvenes y las menos jóvenes, somos conscientes de que seguimos sufriendo desigualdades fruto del machismo.

Sin duda, compartimos la certeza de que tenemos que seguir reivindicando cuestiones que ya reivindicaban las generaciones feministas pioneras, como el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos, a no sufrir violencias, entre otras.

Al mismo tiempo, se ha ampliado la agenda feminista por la participación de estas nuevas generaciones jóvenes. Por esto, es fundamental reconocer la memoria y la justicia histórica de las mujeres que antecedieron la lucha feminista, sumado a los valiosos aportes que lideran las mujeres jóvenes”, cerró.

Comentarios

25/11/2022 | 18:26
#164795
Que buena nota, salvo que no dicen cuando ocultaron una denuncia de abuso de un sindicalista y profesor o cuando exhibieron la denuncia falsa de la mujer policia donde fue asesora de la nota periodistica con (IN)perspectiva de genero de una de las señoras que emite opinion. Digamos todo
25/11/2022 | 13:33
#164794
NADA DE NADA
25/11/2022 | 09:59
#164793
De Alperovich que opinan lxs ...chicas..o de las tortas faloperas que asesinaron a Lucio ..Dale las espero .-