Día del Boxeador

“Es boxeo fue, es y será la gran pasión de mi vida”

Se celebró ayer en la Argentina, por aquella recordada pelea de 1923, entre Jack Dempsey y el ´Toro de las Pampas´ Luis Angel Firpo, disputada en el Polo Grounds de Estados Unidos. Rubén “Ardilla” González rememoró su carrera en el boxeo amateur.
miércoles, 15 de septiembre de 2021 · 08:00

Seguramente por haber continuado en el boxeo como entrenador y por pulir junto a “Tito” Sosa a una joyita como el “Patito” Gardella, Rubén “Ardilla” González está en la consideración y en el recuerdo permanente de su carrera en el boxeo amateur. Fue un guerrero, que dejaba la piel en cada pelea, pero a pesar de su estilo agresivo, demuestra que cuando el boxeador está bien entrenado, puede conservar su mente fresca. En una charla que tuvimos en El Trapecio, “Ardilla” recordó: “Empecé de muy chico en el boxeo, mi cuñado (Ricardo Ulariaga) era boxeador y yo estaba en el ambiente, pero tenía 14 años y no pensaba pelear; recuerdo que viajamos a un festival de Bragado, yo iba con el equipo de Marcelino Tenaglia (un maestro del cual seguí sus pasos), faltó un boxeador en la preliminar y subí a pelear; tuve un poco de miedo, pero cuando estaba arriba se me fue todo. Hice muchas peleas, siempre en el campo amateur, cuando estuve a punto de hacerme profesional, mi cabeza no estaba bien y no me largué; son momentos, hay que saber tomar la decisión. Arranqué entrenando en el Club 22 de Octubre y aunque parezca increíble, nunca pude pelear ahí; combatí mucho en el Club Argentino y en Gimnasia; afuera anduve por muchos lados y gracias a Dios tengo amigos por donde anduve. Abajo del ring tiene que haber amistad, la competencia y los golpes son arriba”.

Empecé boxeando en peso mosca, pero al final terminé en Walter (66 kilos), no era, ni es el ideal, pero, a veces, por el mango había que hacerlo. A mí el boxeo me salvó, gracias a Marcelino (Tenaglia), que además de enseñarme la técnica, me  inculcó como tenía que manejarme, en la vida y en esta profesión. Entre los entrenadores profesionales, a pesar de haber tenido la oportunidad de conocer a Amílcar Brussa, para mí el mejor fue Juan Carlos Cuello, sabía un montón y era muy recto. En este deporte que amo, no solamente hay que boxear bien, hay que hacer muy bien las cosas todos los días, en todo momento, si te descarrilás, estás perdido. Tuve la suerte también de conocer y compartir entrenamientos con Víctor Emilio Galíndez, un tipo extraordinario; un día, Jorge Zaccardi no tenía vendas para entrenar y Galíndez sacó de su bolso las que tenía y se las cedió; un gesto emocionante, ya era Campeón del Mundo, un muchacho que siempre estaba de buen humor”.

Cuando le preguntamos si por las condiciones que tenía, “Batata” Leone podría haber llegado más lejos, dijo: “Compartí mucho con Daniel, le hacía de sparring antes de peleas importantes; creo humildemente que se equivocó a la hora de elegir cómo seguir su carrera, lo llevaron a Buenos Aires y lo tuvieron dos años sin pelear. Aprendí mucho al lado de Daniel (Leone), fuimos compañeros de equipo mucho tiempo. Es cierto, yo peleaba en las preliminares de él, afuera también combatí de fondista, pero en Chivilcoy era más difícil, porque había muchachos muy buenos y se complicaba. Chivilcoy ha dado históricamente buenos boxeadores, algunos han tenido distinta suerte, otros no aprovecharon su oportunidad; a Jorge (Zaccardi) cuando lo llevaron, en poco tiempo le cortaron la carrera, hay entrenadores a los que no les importa cuidar al boxeador y no estando preparado lo meten con tipos ya consagrados”.

Los referentes nacionales e internacionales

Al pedirle que hablara de los ídolos o referentes del boxeo nacional y mundial, “Ardilla” González expresó: “Entre los argentinos, dentro de muchos buenos que hemos tenido, para mí Víctor Galíndez fue un crack; entre los internacionales Ray Sugar Leonard, Roberto ´Mano de Piedra´ Durán, han sido increíbles”.

“Ardilla” entrenador

Al referirse a su etapa como entrenador, luego de la práctica activa del boxeo, comentó: “Me gusta la disciplina, quiero que mi boxeador sea prolijo, para eso lo entreno muchas horas, quiero que lo haga con seriedad, con responsabilidad; mi boxeador no va a subir al ring con un pantalón de fútbol y en zapatillas, tiene que estar bien presentado, porque un festival es un espectáculo. Hoy, lamentablemente, no hay muchos chicos que practican boxeo, además entrenan dos meses y ya quieren pelear”. Al preguntarle qué sensación le dejó el abandono del “Patito” Gardella, dijo: “Claro que hay dolor, aunque respeto la decisión que tomó; tenía por delante una gran carrera, ya estaba para pelear con uno de los dos mejores ranqueados del país, uno de ellos Junior Zárate, el campeón, aunque preferíamos en su momento hacerlo pelear con el ex campeón, un jujeño de una carrera más larga, con ´Tito´nos parecía que era lo mejor. Al boxeador hay que cuidarlo, saber cuándo está para un nivel o para otro, cuándo llega la oportunidad de combatir por un título, porque los apuran y los frustran rápido”.

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