Una joven denunció un ataque y manoseo

María Belén, una joven trabajadora de nuestra ciudad, vivió un hecho lamentable el pasado sábado, cuando fue atacada por un sujeto que la siguió en bicicleta, en la calle El Maestro Argentino y Pueyrredón. La joven llevaba un encargo a un cliente en la calle El Maestro Argentino, cuando fue interceptada por el hombre, de unos 30 años, y fue tocada, ante la pasividad de varias personas que estaban en el lugar. En una entrevista para LA RAZÓN, María Belén relató: ”Lamentablemente viví un hecho que ojalá nunca en la vida me vuelva a pasar, ni quisiera que nadie pase por eso, especialmente las mujeres”. “Luego de cerrar el local de un emprendimiento de pastelería que tengo, a las 18.30 tenía que llevar un pedido al barrio ‘Los abuelos’. Como no sabía dónde quedaba, averigüé y era entre las calles Maestro Argentino y Pueyrredón. Iba en mi bicicleta, agarré la Maestro Argentino y fui en contramano. En un momento siento la presencia de alguien cerca, al momento que giro para mirar veo a un chico también en bicicleta, lo primero que pensé es que me iba a robar”. María Belén afirmó que esta persona iba en una bicicleta de paseo color turquesa con canasto, aunque no precisó más detalles debido a que era casi de noche. “Pensé que iba a robarme la mochila o el celular, pero lo que hizo fue intentar bajarme la calza y agarrándome fuerte de atrás me manoseaba. Le empecé a gritar e intenté sacármelo de encima con el brazo izquierdo que tenía libre. Grité muy fuerte, le pedía que me soltara y el seguía forcejeando. Yo gritaba desconsolada, tenía mucho miedo, temblaba del miedo, en el barrio había gente en la vereda, niños en bicicleta y nadie se acercó ni hizo nada para ayudarme”, se lamentó.

“No recuerdo cuánto tiempo estuvimos forcejeando, quizá algunos minutos. Después esta persona salió en su bicicleta como si nada hubiera pasado. Llegué con un ataque de nervios a mi casa, y me puse a llorar, no podía creer lo que me había pasado”.

Preguntada cómo describiría al sujeto, la joven dijo que era de unos 30 a 35 años, pelo corto, morocho y de ojos saltones. “Luego del ataque se fue tranquilamente, agarró la circunvalación (Av. José León Suárez) y dobló a la derecha en dirección de la Escuela N° 2”, indicó. “Además del ataque lo más terrible fue que la gente que estaba en ese momento en el lugar y miraba, no intervino en ningún momento. Además de la vergüenza, me sentí sola, porque nadie me ayudó”, manifestó.

Conocido el hecho a través de Radio Chivilcoy, vecinos de diversos sectores de la ciudad hablaron de la ocurrencia de hechos similares.