Extorsión y robo
“Me robaron los ahorros de muchos años de trabajo”
Ramón Dauría, conocido profesor de artes marciales y tapicero en su actividad comercial, vivió una dura situación a manos de delincuentes armados.Ramón Dauría y su esposa estaban durmiendo, cuando a las 5 y 30 de ayer jueves, fueron alertados por un llamado al teléfono fijo de la vivienda que habitan en el barrio del Polideportivo Municipal. Ambos creyeron que se trataba de un llamado del papá de la esposa, pero grande fue la sorpresa cuando utilizando el ardid de que tienen un familiar al que van a lastimar, -en este caso era una de sus hijas que no vive en Chivilcoy-, comenzaron a presionarlo para que les entregue el dinero que ellos decían saber que tenía. La pareja no pudo constatar si era cierto que tenían a su hija, porque tanto el fijo, como el celular de su esposa y el propio, estaban en contacto permanente con los delincuentes.
Comenzaron preguntándole donde tenía el dinero y al decirle que estaba en el gimnasio, le pidieron que dejara las llaves identificadas de las puertas de ingreso y también de la caja fuerte; no conforme con esta posibilidad, le pidieron al propio Dauría que tomara su camioneta, a la que identificaron por modelo y color –demostrando que conocían todos los detalles- y fuera personalmente al gimnasio. Así lo hizo, fue al gimnasio, retiró dinero, lo colocó en una bolsa, que le pidieron la arrojara sobre la Ruta Provincial 51, cerca de la empresa de lácteos Los Oliverio; mientras todo esto ocurría, las amenazas y agresiones telefónicas eran constantes y de alto tono agresivo, mientras mantenían los tres teléfonos ocupados.
Dauría cumplió, fue y arrojó la bolsa con el dinero, pero cuando regresaba, al llegar al cruce de 30 y 51, le pidieron que regresara, diciendo no encontrar el dinero; volvío Dauría y el dinero estaba; pero la idea de los delincuentes fue pedirle que volviera al gimnasio porque sabían que tenía más dinero. Dauría regresó al gimnasio ya con tres personas (dos hombres armados con arma de fuego y cuchillo y una mujer que esperaba en el ingreso al lugar), ahí sacaron el resto del dinero, levantaron el piso de goma del gimnasio buscando más y le pidieron que volviera a la Ruta 51.
El damnificado realizó la operación, fue y arrojó la bolsa con el resto del dinero; le pidieron que se quedara en el cruce con la cabeza debajo del volante de su auto; Dauría cuando escuchó que los malvivientes se retiraban, levantó la cabeza y alcanzó a ver que se trataba de un auto Gol, de color blanco, cuyo primer número de la patente comenzaba con 6.
Además del terrible daño económico, Dauría vivió una odisea que le costará olvidar. Anoche a las 22 horas realizó la denuncia en la comisaría local.