Dejaron sus vidas convencionales para cumplir un sueño

Jésica, docente en historia y técnica en administración de empresas y Matías, instalador de equipos de calefacción y carpintero, dejaron atrás sus trabajos y ciudad natal para realizar un viaje por América y desde febrero iniciaron el recorrido por el país.

En este sentido, la joven aventurera dialogó con LA RAZÓN y manifestó: "Hemos dejado la vida convencional, nuestros trabajos para disfrutar de los paisajes que hay en Argentina, la crianza de nuestro hijo 24x7 -que se llama Alejandro y por eso se denomina el emprendimiento ViajAle por America- y trabajando en ferias" y agregó: "Fue un sueño de chico de Maty recorrer el mundo, primero, era en bici y luego fue mutando en motorhome".

"Si llegan a andar por Chivilcoy los esperamos', nos había puesto, Sofía, una seguidora en instagram", contó, y añadió: "Cuando nos fijamos en el mapa, vimos que nos quedaba de pasada, ya que estábamos en Azul. Y así emprendimos viaje hacia la ciudad".

"Lo que no esperábamos era que nos íbamos a encontrar con tanta gente que nos recibiera con alegría y buena onda", exclamó.

Estuvieron participando en la feria de la Biodiversidad, con gran recibimiento de parte de Juan Curcio y donde mucha gente se acercó a colaborar y a charlar un rato, destacó Jesica. "Hasta vinieron desde General Rodríguez a compartir con nosotros, también nos invitaron a cenar y pasamos un rato muy lindo", expresó.

Además, narró: "Conocimos a Marcelo, gran payador y jugador de tejo con todo el corazón, con quien charlamos un rato y hasta nos hizo un recitado. Él nos recomendó visitar la plaza España, una de las hermosas plazas que tiene la ciudad".

"Pasados unos días, nos escribe Sofi nuevamente para ofrecernos de regalo hilos encerados, uno de los insumos que utilizamos en nuestras artesanías", mencionó y agregó: "No sólo pasamos a buscarlos y compartimos una noche muy linda, sino que también cenamos al día siguiente y escuchamos anécdotas de vida súper entretenidas".

"Y para completar tan hermosa estadía, nos despedimos de Chivilcoy pasando a conocer el cuartel de Bomberos Voluntarios, algo que Ale venía insistiendo hace mucho que quería conocer. Nos atendieron con muy buena onda y le mostraron a Ale los camiones, el lugar y la ropa. Hasta uno de los bomberos le regaló sus guantes", detalló.

"Como dicen muchos colegas viajeros, la riqueza del viaje está en la gente que uno se cruza en el camino -¡algo que corroboramos todo el tiempo!-. Son quienes le dan sentido a cada lugar y que también permiten que podamos continuar con este sueño", cerró.