"Cada vino está vivo"

“El sommelier es un experto en maridaje. Conoce qué vino le va a ir mejor a una comida y otra. Los restaurantes, hoteles, bares y estancias turísticas más prestigiosas suelen contar con uno para aconsejar a los clientes. También se encarga de administrar la bodega del restaurante u hotel, del abastecimiento de la misma, del control de los vinos y de su correcta conservación”, explica Manuela y agrega “Asimismo, dispone de amplios conocimientos de geografía vitivinícola, de la cosecha, de la crianza, de la industria del vino y de su comercialización. Además, conoce los aspectos legales de las denominaciones de origen”.

“En la Argentina, la distancia física entre centros de producción y centros de consumo ha construido barreras hasta hace poco infranqueables para la cultura del vino. El extenso tejido social que formaba el conjunto de productores vitivinícolas de Mendoza y San Juan fueron sometidos por un pequeño grupo de bodegas industriales que pudieron conquistar Buenos Aires con sus marcas que imitaban a los nombres de la tradición europea. Luego llegaron las inversiones extranjeras y el boom de la exportación. Y cuando internet y una mayor movilidad acortaron las distancias, en lugar de recuperar la esencia del lugar, privilegiamos el personalismo y la ostentación del lujo”.

Manuela López va más allá, a través de Vinífera, eligiendo bodegas y zonas selectas invitando a los clientes a un viaje único e irrepetible.

"Aprovechando las nuevas libertades post pandemia y las oportunidades gastronómicas que nos ofrece Chivilcoy", expresó. Y agregó: "Vinífera es una vinoteca chica, ofrece vinos de partidas limitadas o a escala humana, como les gusta decir a las bodegas con las que trabajo".

"Vinos casi artesanales, pequeños proyectos de enólogos, no es un lugar atiborrado de botellas, sino que cada vino, cada etiqueta tiene su lugar, por eso un poco de tienda viva como el nombre de instagram, ya que tenemos como concepto que cada vino está vivo porque tiene su evolución como una curva de vida", exclamó.

Y contó: "Terminé la escuela, me fui a hacer el curso, era algo muy novedoso en ese momento (año 2013), la Escuela Argentina de Sommellier es una escuela pionera en el país".

En relación al oficio manifestó: "Es el último eslabón en la industria vinícola, es el nexo entre el consumidor, la mesa y los productores y me parecía fantástico porque es un mundo súper interesante".

"No es tarea sencilla porque básicamente somos un poco celosos de lo que consumimos, que alguien venga a influenciar es difícil de escuchar, pero es cuestión de relajarse y dejarse llevar", señaló y añadió: "Lo que buscamos es potenciar cada situación sensorial tanto con la comida y la bebida".

"No te voy a vender la botella más cara sino la que más te sirva, según tu preferencia", remarcó.

Por otra parte, aclaró: "Hay vinos blancos que van muy bien con carnes rojas, mucho tiene que ver el tipo de cocción, la guarnición, a veces somos muy extremistas, elegimos los vinos en una situación de consumo y también la época del año".

"El papel del sommellier es entender el vino, pensar el vino en una situación gastronómica, siempre de la mano con la comida", destacó.

Por último, confesó: "Me siento muy contenta de volver a Chivilcoy y encontrarme con una oferta gastronómica de la mano de profesionales de la gastronomía con el potencial que tiene".