Ombligo

Hay algo que fue evaporando la idea del bien común. Tal vez fue el exceso de capitalismo, la invención de la publicidad o las sucesivas guerras en el mundo decididas detrás de ruinosos escritorios.

Lo cierto es que la noción religiosa “ama al prójimo como a ti mismo” (Mateo 22:37–39) y sus sucesivas adaptaciones laicas, cada vez fueron olvidándose más. En el concepto de amor al prójimo se engloba la empatía por otro ser humano sin importar su condición.

¿Qué sistema nos volverá a empatizar a los seres humanos? Si ya no son las iglesias, si el sistema educativo solo enseña materias y asignaturas enciclopedistas, si los medios de comunicación endiosan a Mirta Legrand, Tinelli, etc. ¿Qué institución se hará cargo de refundar una alianza nueva entre los seres humanos?

A este ritmo, la brecha hedionda entre ricos y pobres se hará irrecuperable. A este ritmo, el daño ambiental a nuestro planeta será irreversible.

La casa común, la patria común, lo “común”, aparece hoy como una noción arrumbada en un rincón de nuestra cultura.

¿Cómo no vamos a implosionar algún día si no para de crecer la cultura del ombligo?

Seguimos pensando.