De Chivilcoy a Europa: La única bailarina argentina en La Ópera de París

Agustina Fitzsimons nació en Villa Moll y a los diez años se vino a vivir a Chivilcoy, “siempre bailé, desde que tengo memoria, desde mis dos años” cuenta del otro lado del teléfono, desde París y a las seis y media de la mañana hora argentina, “perdón”, exclama, “es que es el único momento libre que estoy teniendo y te debía la charla”, nos dice.

Suena cálida y amable, para nada estrella, aunque tiene con creces para actuar como tal. Con un recorrido profesional meteórico, recibida en el IUNA -Instituto Universitario Nacional de Artes- con estudios en Nueva York y Bélgica y una carrera sólida en Argentina que incluye un premio en la Bienal Joven, sendas producciones en la danza contemporánea y estudio propio en el barrio de Almagro; decidió a sus 24 años patear el tablero e ir por más, aunque remarca que “quería buscar algo más, a pesar de estar muy bien en Argentina desde lo profesional y personal. Lo conocido ya estaba bien y fue ver qué pasaba un poquito más allá”

Villa Moll, Chivilcoy y la familia

A lo largo de la entrevista cita una y otra vez sus afectos, “me acuerdo que estaba caminando con mi papá en un atardecer en el campo, ya había ido a Europa de visita, de turista, y él me dijo “Agustina si te querés ir yo te acompaño”, contaba con el total apoyo de mis padres, y así fue. El impulso de ellos y su apoyo acompañó esa decisión que se fue dando”, apunta y recuerda las clases en el estudio de la Profesora María José Prieto, “mis padres con tanto esfuerzo, dedicación y amor, siempre me acompañaron. Me llevaban desde el campo, 45 kilómetros a Chivilcoy, en Villa Moll, adorado pueblito de 500 habitantes, y a mis diez años me fui a vivir a Chivilcoy y estudié en el Colegio Santa Cecilia”.

Vivir en Francia y ser bailarina

“De algún modo, si bien ya había trabajado en otras óperas en Bélgica y otros lugares, la Ópera de París es soñada y anhelada por cualquier bailarín o bailarina, el estar pisando ese escenario es increíble, es una gran contradicción constante, el extrañar y disfrutar a la vez tanto este presente. Bailando en la producción “Rigoletto” parte de la programación nacional de La Ópera de París” apunta.

El estreno fue el 23 de octubre en la Opera de Paris Bastilla, una de las óperas más populares del repertorio italiano, con puesta en escena de Claus Guth y dirección musical de Giacomo Sagripanti, con el barítono francés Ludovic Tézier en el papel de Rigoletto, y la coreografía de otra gran argentina radicada hace años en Europa: Teresa Rotemberg.

La producción de “Rigoletto”

Agustina forma parte de una producción de doce bailarines, siendo además, en un rol protagónico, la doble de la cantante principal, en el personaje de “Gilda” en su adolescencia con varias intervenciones diferentes, “estoy muy muy contenta”, ríe, “disfrutando un montón el volver a los escenarios luego del corte abrupto que significó la pandemia para los artistas, es un plus el volver a sentir el aplauso, el contacto humano. Estoy feliz y agradecida de este momento, estoy viviendo en París desde hace tres años, y ya había hecho audiciones para la Ópera en el 2019 y ya para esta producción “Rigoletto” en la segunda audición fui seleccionada. Es una reposición, así que solamente buscaban un reemplazo de una bailarina que no podía presentarse, así que audicioné entre sesenta chicas y quedé”, resume feliz.

“Me estuve preparando un montón, empezamos los ensayos en septiembre y estuve realizando entrenamientos personales durante todo el verano. La Ópera tiene una carga horaria bastante grande, se trabaja por servicios, comenzamos a las nueve de la mañana con una pausa a las 14hs y para luego hacer el segundo servicio, ensayando además para un segundo casting de cantantes ya que son 16 fechas estipuladas. Con ensayos de 10 a 18hs y 19,30hs comienza la función, además de los entrenamientos profesionales individuales de cada uno”.

La única argentina

“Esta es mi particularidad y hago uso de ella. En una audición pongo todo lo visceral que somos, quizás no tengo para dar el 100% de la técnica que tiene la escuela francesa, que es de élite, pero le pongo mi toque latino de darlo todo, que salga bien desde adentro, esa pasión que tenemos. Soy la única argentina y también la única que no es francesa en la producción” indica, “en la Ópera los bailarines son estables dentro de la institución, luego se hacen audiciones para las diferentes producciones”.

“Uno extranjero”

Es una frase que recuerda y que dice que la define en cierta manera, “se trata de saber que una partecita de uno está allá, el no pertenecer, uno nace extranjero es una frase que leí hace poco, y me representa un montón en lo personal, siempre tengo esa sensación, soy argentina y vivo en Francia. En este momento mucha gente, en particular para irse de la Argentina, probar, y lo que les digo es que no piensen en irse pensando que lo que está allá está mal, sino que para mí se trata de pensar que lo que venga es mejor, teniendo la seguridad interna que lo que tenemos está bien y que es bueno ir por más. No se trata de pensarlo desde lo negativo”.