“La disciplina y el ejercicio físico tienen que ir de la mano”

En el día Mundial del karate, entrevistamos a Ramón Dauría, quien lleva muchos años en la enseñanza de este arte marcial. Dauría estuvo muchos años en el tatami de Racing Club, luego pasó al Club Deportivo Colón y en los últimos diez años en el local de la calle Yapeyú, donde instaló un hermoso tatami. Al entrevistarlo y hablar de sus inicios, Dauría dijo: “Antes del karate hice sipalki do, después a través de mi encuentro con el Maestro Shigeo Nakazato, me incliné más por este arte marcial; una vez que logré ser cinturón negro, comencé en el Club Racing, donde estuve 11 años, más 14 en Colón y en los últimos diez en Yapeyú 281.

Por suerte siempre me acompañaron muchos alumnos, creo que esa fidelidad pasa por hacer las cosas bien, poniendo el corazón, así se obtienen los resultados. El karate no es solo un arte marcial, sino un estilo de vida; uno comienza a enseñar las técnicas básicas, pero constantemente le está enseñando también la disciplina, los pilares importantes que encierra el arte marcial, busca educación y compañerismo; el no a la violencia y el sí a la humildad.

El karate pasó de China, se practicaba con la mano abierta y en Japón se cierra la mano, el llamado kempo (cierre de puño) y fue en Okinawua; también tenemos el uso de armas, que es kobudo, apareció a través de la defensa de los okinawenses cuando fueron invadidos, haciéndolo con los elementos que ellos tenían para trabajar; el DO es buscar el ideal de la persona y ya que nombraron a Federico (Vitale), un gran alumno, tiene el DO incorporado, es el ejemplo más claro.

Está bueno que me pregunten también por las chicas para hacer esta disciplina, porque algunas piensan que van a perder la femeneidad por practicarlo y por el contrario las embellece más; a partir de los seis años se puede empezar a practicar y se lo puede hacer hasta edades avanzadas. De cinturón blanco, que es el primero, a cinturón negro, son seis años, pero aclaro que en nuestro estilo, hay que tener 18 años para ser cinturón negro; es una edad en la que la persona está bien encaminada y reúne todos los valores. No es más difícil enseñarle a la mujer que al hombre, por empezar la mujer tiene, por su contextura física, por lo anatómico, mejor elongación que el hombre ”.

Defensa personal

Al continuar con la charla, Dauría explicó: “En todas las artes hay defensa personal, de hecho he adiestrado a la policía en su momento. Cuando llega alguien al dojo, te das cuenta rápidamente si quiere aprender para pelear o para practicar esta hermosa filosofía; la persona que llega con otra intención, se va sola, porque no encuentra en el lindo clima que se vive, lo que quiere”.

Torneos y competencias

Cuando le preguntamos a Ramón Dauría por el sistema de roturas de elementos, manifestó: “Eso se llama Atemi, hay distintas modalidades, por ejemplo kata; lo que se rompe con las manos o las piernas, tiene una práctica que realizamos con un aparato que tenemos en el dojo para endurecer los nudillos, fortaleciendo la parte ósea, lo que hace que al momento de romper, uno no se lesione”.

Gimnasia

Si bien antes de comenzar a desarrollar las técnicas del karate, se hace una gimnasia fuerte, considerada fundamental para nuestro entrevistado, también da otra clase: “Hago la gimnasia Taizo, esto lo empecé hacer a través de una profesora de Buenos Aires, que me alentó para eso, taizo en Japón significa gimnasio. Así como son innumerables las técnicas de karate, también lo son las técnicas de gimnasia”.

Ramón Dauría está casado con María Rosa y es padre de Paula, Ignacio y Florencia, estos dos últimos, profesionales de cardiología y dermatología, respectivamente. Nunca dejó de trabajar en la tapicería, con la comenzó muy joven con su padre y se siente muy feliz con sus nietos, que van agrandando la familia.