“El Yoga nos permitió atravesar este tiempo de pandemia de otra manera”

“Primero de todo es interesante entender la cultura de la cual esta disciplina proviene que es la India, cuyas premisas tienen que ver con conectar a los seres humanos con lo más simple de la vida, que es trabajar con nosotros mismos, para sentirnos saludables y conectarnos con lo que todos buscamos que es la felicidad”.

“En occidente, buscamos esa felicidad afuera, en lo que nos proponen los estímulos externos” señala, “en cambio el yoga nos propone una mirada desde Oriente y nos dice que la búsqueda tiene que ir por dentro, entendiendo que el estado de felicidad ya lo tenemos, sólo que tenemos que conectarlo. Esto se logra cuando le damos el valor real a las cosas simples como la salud, los afectos, la paz interior. Este tipo de práctica nos invita a viajar a nuestro interior y conectarnos con esto que ya tenemos” asegura.

En este contexto pandémico sintetiza que “nos vimos en una situación que nunca imaginamos estar, inclusive nosotros como profesores esto de dar clases por zoom, por una pantalla, no obstante, constituyó una necesidad de llevar adelante esta práctica muy pero muy importante en este marco. El Yoga nos permitió atravesar este tiempo de pandemia de otra manera, el cómo nos relacionamos con el entorno, las prioridades que nos ponemos en la vida, sintiéndonos mucho mejor, con el sentir propio, nos brinda herramientas que nos afectan positivamente”.

Sobre los beneficios en general de esta práctica, Analía dice que desde lo personal la clave está en el manejo de la respiración, “porque cuando uno empieza a dominar cómo respira es cuando comenzamos a tener real manejo de nuestras emociones, y esto es lo que va a determinar cómo va a estar nuestro cuerpo físico, permitiéndonos ser los creadores de nuestro propio bienestar”.

“La persona que practica yoga es alguien que comienza a hacerse cargo, responsable de su propia vida y de su manejo emocional y mental. El trabajo que se hace con uno mismo es fuerte e intenso, con mucha voluntad, significa pulir a nuestro propio ego, sincerarnos con nosotros mismos, encontrando el discernimiento, el “budi”, que significa intelecto en yoga, pero no como razonamiento sino como capacidad de discernir, cuando uno logra elegir en función de sus necesidades, empezamos a desarrollar esto de hacernos responsables, entendiendo que lo que somos hoy es producto de lo que hemos hecho hasta ahora, y si queremos que algo cambie tenemos que cambiar lo que estamos haciendo de lo contrario no hay un estar mejor”.

 “Este tiempo de pandemia el Universo nos obligó a escuchar más, a tener más empatía. Fue un año de muchas oportunidades en este sentido”.

“Es muy interesante comenzar a trabajar con los niños, desde temprana edad, aprender a respirar correctamente es importantísimo, el trabajo postural y el aprender cómo funciona la mente y las emociones, cuando desde chico comenzamos a palpar todo esto, entendemos la vida de otra manera, saber que podemos modificar lo que nos pasa, saber que podemos disfrutar de una vida con felicidad plena, despierta desde dentro y nunca desde afuera” apunta desde la importancia de la disciplina para niños y jóvenes.

Por último indica que desde que comenzó a la pandemia “el 90% de los alumnos se adaptaron hermosamente, y se expandió porque gracias a la virtualidad se han conectado alumnos de otras ciudades, teniendo esa rareza de dar clases a través de una pantalla pero con esa conexión maravillosa, algo que todavía continuamos haciendo. Nuestra propuesta es despertar el “santosha” que significa el estar contentos y agradecidos, y ver de cada cosa que nos toca vivir qué es lo que podemos aprender, ese es nuestro lema. A veces pensamos que la vida es otra cosa, cuando en realidad es muy accesible, y el yoga es un puente para conectar con esa simpleza” concluye.