Informe
“La educación en la virtualidad vino para quedarse”
Dos casos de la continuidad educativa a través de redes y plataformas digitales, uno en la educación pública y en otro en la privada. La “valoración pedagógica” marca el grado de aprendizaje de los alumnos.El año lectivo 2020 pasará a la historia por la extrema necesidad de adaptarse a las nuevas tecnologías y redes, debido al aislamiento que provocó la pandemia. En este transitar hay dificultades lógicas que implican la temprana incorporación de una modalidad de emergencia, debido a la pandemia del coronavirus. La pregunta es ¿Qué queda después de esto?
Los establecimientos educativos de Chivilcoy están en esta línea, con la organización de los docentes y las clases con contenidos en plataformas virtuales o a través de redes sociales como el WhatsApp. De todas maneras, esta necesidad de conectividad puso en relieve las desigualdades respecto al acceso, si bien desde el estado nacional y provincial proveen el acceso a las plataformas digitales, pero la realidad dice que no basta.
Es por eso que se entrega material de continuidad pedagógica, a través del Movimiento Evita y el Consejo Escolar, alrededor de 2.000 cuadernillos.
Para tener una idea de los resultados que va teniendo la virtualidad en las aulas, LA RAZÓN consultó a directores/as de dos establecimientos secundarios: la Escuela de Educación Secundaria N° 6 “Néstor Kirchner” y la del nivel secundario del Colegio Crear.
Luis Calce (EES N° 6)
“En nuestra institución se armaron grupos de WhatsApp en el que cada directivo se hace cargo de un turno. En un promedio de 30 alumnos por grupo, la presencialidad oscila entre los 25 y 17. En el último relevamiento, del total de la matrícula, que es de 477 alumnos, un 36,4 % no responde o lo hace de manera lenta. De esa cifra, un 9,8 % no hace nada, aunque se conecta. Tuvimos 13 alumnos que no tuvimos ninguna comunicación ni conectividad, situaciones que fueron derivadas a los servicios locales. Por otro lado, tenemos un 63,6 % que responde a las tareas que les enviamos”.
Otro dato interesante fue el resultado del anexo que la EES N° 6 tiene en Ramón Biaus. “Tenemos un plantel docente muy comprometido, con una relación que podríamos decir casi familiar, la conectividad con los chicos es permanente y no tenemos problemas que no hagan las tareas, es más, podemos llevar a cabo el itinerario formativo desde la virtualidad y los chicos desarrollan un proyecto de turismo”.
“Somos conscientes que estamos en una situación muy difícil, nos tuvimos que adaptar y volver a rearmarnos en el trabajo con la virtualidad, también aprendimos ya que es una situación a la que no estábamos acostumbrados, por eso es muy valorable. Vamos a volver con otro tipo de conocimientos con otra predisposición. La vinculación es diferente a través de una red social que cuando estamos frente al chico. Ahora tenemos que tratar de entender, desde la virtualidad, lo que nos cuenta o le está pasando”.
En cuanto a la retención de los aprendizajes, el docente explicó: “Una cosa son los aprendizajes, que marcan el diseño curricular y otra cosa es el aprendizaje en sí. Yo creo que además de enseñar y aprender, todo aquel que aprende también enseña, como decía Paulo Freire”.
Explicó que, desde lo curricular, “uno trata de recortar los contenidos que consideramos prioritarios y buscamos una secuenciación, trabajando desde saberes coordinados con la idea de integrar varias áreas o materias, para resolverlo desde varios puntos de vista”.
Y en referencia a la nota final, manifestó: “La nota es un número. Evaluar es una cosa y valorar es otra cosa. En este momento lo que estamos haciendo es valorar el esfuerzo de cada chico en particular, para que luego, al volver, cuando tengamos que convertir esto en una calificación numérica, tengamos con qué hacerlo”.
“Aquellos estudiantes que no hayan logrado los objetivos por los motivos que fuera, teniendo conectividad tendrán su recuperatorio, porque a los que no la tienen les entregamos nuestro propio cuaderno de contenidos y ese chico será valorado y nuevamente se hará una reedición de lo visto hasta ahora y se fortalecerán esos contenidos si es necesario”.
Lourdes Iñurrutegui (Colegio Crear)
“Obviamente que las realidades entre las escuelas públicas y privadas son diferentes, trabajamos desde hace siete años con una plataforma digital en todos los niveles, primaria y secundaria, de la editorial Santillana, así que desde el primer momento de la pandemia, nuestros alumnos ya estaban habituados a trabajar desde la virtualidad” y acotó que, el Colegio Crear es una escuela privada, “se puede decir que el 100 por ciento de los alumnos tienen la posibilidad de estar conectados”.
“Los resultados en cuanto al aprendizaje son buenos. De todas maneras, sobre la marcha, se han tenido que adaptar las formas de enseñanza, debido a que no es lo mismo trabajar en las aulas de manera presencial que desde una pantalla. Se debieron diseñar estrategias para que los chicos no se aburran, teniendo en cuenta que están en aislamiento preventivo en sus casas”.
Preguntada qué es lo que quedará de esta experiencia de la enseñanza virtual, Iñurrutegui consideró que “el hecho de trabajar desde la virtualidad, ha venido para quedarse”.
Y en referencia a la nota numérica, comentó: “Desde que comenzó la cuarentena, no se han puesto calificaciones numéricas, sino que se hace una valoración pedagógica en función de la participación de los alumnos, tanto de las actividades sincrónicas, como de las que se envían a través de la plataforma”.
Hizo hincapié en que esta valoración pedagógica “es más cualitativa que cuantitativa” y además “se comparte con la familia al final de cada trimestre, donde se da cuenta del nivel de participación de los alumnos en cada una de las propuestas pedagógicas”.