Falleció el sacerdote Ernesto Palermo, de Alberti

El fin de semana falleció a la edad de 69 años el cura Ernesto Palermo. Hacía un mes que estaba internado en el Hospital Austral afrontando una dura enfermedad que derivó en que le amputaran la otra pierna.

En el año 2016, tuvo que transitar por una neumonía bilateral que puso en peligro su vida. Los problemas de salud habían comenzado en 2010 con la colocación de un stent, y se fueron agravando, lo que hicieron que se ausentara de la iglesia por varios períodos. No obstante, cuando se lo consultaba decía que: “de la parroquia de Alberti me van a sacar con los pies para adelante”.

De forma paralela a la neumonía, estaba atravesando una infección en un pie, la insuficiencia cardíaca y la diabetes. Lo que derivó en que le amputaran una pierna y que se alejara de la Parroquia de Alberti, su reemplazo es el actual párroco Monseñor Jorge Bruno.

Palermo estuvo por última vez en Alberti el año pasado, presenció la ceremonia en la Parroquia Nuestra Señora del Rosario para la ordenación de Diego Zacca como sacerdote. Ya se desplazaba con una silla de ruedas, no obstante se mostró de muy buen semblante.

Monseñor Jorge

Monseñor Jorge Oscar Bruno, es Vicario General de la Arquidiócesis de Mercedes – Luján. Hoy también es el cura de la Parroquia Nuestra Señora del Rosario de Alberti. Sobre su presencia en la vecina ciudad, señaló: “Dada la enfermedad del padre Ernesto Palermo, para Pascua empecé a venir. Cuando el padre se tuvo que ir, me instalé los fines de semana por acá. En esta maravillosa ciudad de Alberti”.

¿Qué es lo que más lo ha impactado en los meses que lleva en Alberti?

-La gente, yo no dejo de admirar todos los fines de semana la bondad, la apertura, la sencillez. Todo el mundo te abre el corazón, no solamente los que son más asiduos a la parroquia. Me pasa que ando por la calle, en los negocios, tienen mucha apertura, estoy muy contento de estar acá.

¿Qué agenda definió en la Parroquia?

- Como la Parroquia tiene que atender Plá, Seguí, Mom y Achupallas, considerando que hay capillas y se da catequesis, trato de ir a esos lugares. Pero sobre todo trato de visitar enfermos, voy a bendecirlos, a llevarles la comunión. Eso es lo que más me preocupa. En donde me piden trato de estar, acá, visito el Hospital.

¿Su presencia en Alberti es circunstancial?

-Es evidente que en Alberti falta el nombramiento de un párroco. A mí me pidió el arzobispo que viniera a esta ciudad, pero no he dejado las actividades que realizo en Mercedes. Trato de estar en esta ciudad los días viernes, sábados, domingos y lunes. Hasta fin de año voy a venir, después va a haber que nombrar un párroco, no sé si seré yo ese sacerdote, pero vendrá uno nuevo.

-¿Se cobró dimensión de lo que representa para nuestro país que haya un Papa argentino?

-Yo creo que no, los argentinos a veces somos medio especiales. Quizá cuando no lo tengamos más, vamos a decir que fue una lástima, que pasaron 2.000 años en tener un Papa argentino y tal vez tengamos que esperar todo ese tiempo para que llegue otro, si es que se da esa posibilidad. No digo que no se valore, pero, cuando pase, tal vez cobre otra dimensión. Es un regalo enorme para Argentina, y para el mundo, el Papa que tenemos.

¿Qué rol entiende que le tiene que conferir la gente al cura?

-Yo soy un servidor de la gente de Alberti, yo vine a servirlos. Me trato de brindar con lo que puedo, con lo que soy capaz, en medio de mis pobrezas y limitaciones. (Informe y fotos diario El Salado).