Ámbito comercial
La Bitácora, un ejemplo de transformación en la ciudad
Los jóvenes Mari Centurión y Ezequiel D´Amelio, ante la imposibilidad de seguir con la cafetería de la esquina de Ceballos y Pueyrredón, reinventaron el sistema, incorporaron productos y hoy dan lucha.La primera noticia que había recibido en La Bitácora, aquel 15 de marzo, era que debían separar las mesas, pero pocas horas después, el cierre de las cafeterías y restaurantes, sorprendió al matrimonio D´Amelio, jóvenes chivilcoyanos amantes de la gastronomía.
Sin embargo, no se quedaron quietos, la capacidad de inventiva, las ganas de trabajar, los llevó a cambiar la estrategia, historia que Mari Centurión contó a LA RAZON.
-¿Fue fuerte el golpe inicial?
-Si hay algo que no esperábamos era esta situación, como les pasó a todos, nos cayó de repente; y así, por instinto, supimos que teníamos que cambiar, contando con el apoyo del personal, porque sin ellos hubiera sido imposible hacerlo.
La primera acción fue reunir al personal y plantear una nueva manera de trabajar; nuestra actividad principal es servir al cliente, y eso no podía cambiar, pero teníamos que hacerlo de otra manera, rápido y bien, para seguir junto a nuestros clientes, y también para seguir nosotros como grupo humano, sencillamente, para sobrevivir. Al día siguiente de la suspensión de actividades, estábamos funcionando con el sistema de delivery.
Mientras se alargaba la cuarentena, fuimos viendo que nuestros clientes nos pedían los productos que acostumbraban a consumir en nuestro salón, las mermeladas, los panes, todo para llevarse a sus casas, así nos dimos cuenta que podíamos ayudar aún más, agregando a nuestro sector de almacén gourmet, productos como frutas, verduras, miel, fiambres, dulce de leche, lácteos, objetos para regalar y para eso nos abastecimos con productores y emprendedores locales, logrando en partes iguales dar un servicio más a la gente y ayudar a los chivilcoyanos que venden alguna materia prima o producto. Pienso que una vez más, la idea surgió mirando y escuchando las necesidades de los clientes.
Pudimos tranquilizarnos y ver que es un momento para cambiar de grandes proyectos a objetivos pequeños, alcanzables, que nos permitan pasar la crisis con el menor daño posible, y cuidando a quienes forman esta comunidad, ojalá pase pronto y con buenos resultados para todos los chivilcoyanos.
-¿Hubo algún bajón en medio del aislamiento?
-Sí, cuando se suspendieron los delivery nocturnos por unos 10 días. Ahí sí sentimos un golpe durísimo, porque las comidas en las noches, eran básicamente la única entrada importante de dinero que teníamos. Pero el personal volvió a estar junto a nosotros.
Ahí fue cuando convocamos a productores locales, hicimos una cadena de productores locales, dándonos una mano entre todos.