“Una cosa fue levantar la mano para apoyarla y otra es hacer que esta ley cambie la realidad”

Ayer llegaron a nuestra ciudad Lucía Portos,  viceministra en el nuevo ministerio de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual de la provincia de Buenos Aires y el papá de Micaela García, la uruguayense de 21 años asesinada en 2017 en Gualeguay, víctima de femicidio y cuyo caso impulsó la denominada ‘Ley Micaela’, forma parte del Ministerio de las Mujeres de la provincia de Buenos Aires, para llevar adelante el desembarco de la ley en todo el territorio bonaerense, incluidos los municipios, a los que se invitará a adherir formalmente al texto.

La jornada se desarrolló en el salón del Centro Universitario Chivilcoy, que estuvo colmado de funcionarios y concejales locales y de ciudades vecinas como Chacabuco y Junín.

En este marco, el doctor Guillermo Britos, les dio la bienvenida y remarcó la importancia de la “Ley Micaela” tanto a nivel nacional, provincial y local, a la que Chivilcoy adhirió a través de una ordenanza aprobada por el Concejo Deliberante el año pasado. “El auditorio está lleno, no sólo estamos presentes los funcionarios municipales y concejales, sino también miembros de organismos y público en general, lo que denota el interés que esto despierta en nuestra comunidad”,y agregó: “Desde el estado municipal hemos estado ocupándonos de este tema seriamente y seguiremos por ese camino. Contamos con una Secretaría de DD.HH., Diversidad Sexual y Género, que con sus áreas específicas, creadas por primera vez en la historia de Chivilcoy por esta gestión, se busca garantizar sus derechos, contribuir a su plena igualdad, concientizar sobre la temática, y prevenir cualquier hecho de violencia, como así también asistir y brindar contención en el Hogar de Protección Integral, con el que contamos desde el año pasado”.

Por su parte, la presidente del Concejo Deliberante, Carla Tomasini informó que las capacitaciones en el marco de la “Ley Micaela” se brindarán a lo largo del año y agradeció a los funcionarios provinciales del Ministerio de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual de la Provincia por su presencia en este día y por el compromiso y, a la concejal Contanza Alonso, por las gestiones para que esta visita se concrete.

La lucha del ingeniero García llevó a la sanción de la Ley que lleva el nombre de su hija y que promueve la capacitación de las y los trabajadores de los tres poderes del Estado en temáticas de género.

La palabra de García

Néstor García, papá de Micaela, manifestó que esta ley plantea capacitación tanto para funcionarios como para empleados del Estado y que ellos ya han recorrido más de la mitad de las provincias de Argentina con esta normativa: “Nos sorprendemos cada día con lo que se generó a través de la ley Micaela. En todos los lugares se está trabajando y hablando, Micaela sigue estando a través de la ley que lleva su nombre. Solemos escuchar que esta nueva normativa ha generado algo único porque los tres niveles del Estado, el nacional, provincial y municipal, de todo el país, están difundiendo y trabajando esta ley”.

García destacó que hoy el 80% de las universidades nacionales adhirieron a la Ley Micaela, sin embargo “no todos tienen protocolo para prevenir violencia de género”: “Eso muestra que da un empuje, pero por otro lado puede llegar a ser un problema porque la Ley Micaela va a empoderar a un montón de gente y plantear algún hecho de discriminación que hoy no se plantea. Si esa universidad, por ejemplo, no tiene un protocolo, la solución va a estar bastante complicada”.

Además señaló que se busca que la capacitación tienda a ser un taller en donde las personas “entren en contradicción con sus propias prácticas”. “Los procesos nunca son perfectos pero hay que empezar a caminar y corregir, por eso se plantea que las capacitaciones sean permanentes. Además los derechos van cambiando. Hoy hablamos de mujeres pero en los próximos años se va a plantear también el derecho del resto de las identidades sexuales”.

“Hay que aprender a corregir, con la colaboración de todos. Solemos decir que hay que tener mucha paciencia, que es difícil de plantear cuando asesinan a cinco o seis mujeres por semana, pero la ley establece capacitación para cambiar patrones culturales, y eso no se cambia de la noche a la mañana. Nos cuesta, pero creo que hay que evaluar intenciones, por lo menos en una primera etapa”.

Respecto a lo que se debe reforzar aún más ante el sostenimiento de las cifras de feminicidios y violencia hacia la mujer, García planteó que hay “dos tipos de resistencias” para que esto no cambie: “Una es de carácter ideológico, que es la más fácil de ver. Después hay una resistencia a la implementación  de estas cosas por la forma de construir poder político en este país. Estamos acostumbrados al verticalismo y el feminismo viene a plantear una cuestión más chata y una distribución del liderazgo. Si se quisiera identificar quién lidera el movimiento de mujeres, no se puede porque aunque nombres 100 o 1.000 mujeres, van a quedar algunas afuera”.

 “Una cosa fue levantar la mano para apoyar la ley y otra es poner todo lo que hace falta para que esta ley cambie la realidad, porque a muchos les genera miedo que se cambie porque temen perder ese poder”, reflexionó.