Informe
Preocupa la escasez de materiales para la construcción
La pandemia del COVID 19 afectó las líneas de producción de distintos productos para la construcción. La fabricación de cada material ha sufrido trastornos, lo mismo que las relaciones entre gremios y empresas.Una cierta reactivación de la construcción se choca en estos tiempos con la demora en la entrega de materiales e insumos para la construcción a las empresas y los comercios, lo que crea dificultades en la demanda, lo que ha producido la paralización de algunas obras.
Son varios los factores que generan esta situación, uno de ellos es la disminución del trabajo debido a las restricciones que genera la pandemia de COVID y que, se espera, se solucione en la medida que se van abriendo algunas actividades laborales.
Un caso local
LA RAZÓN consultó con Sergio Lachavanne, de la empresa Larrang para que dé una evaluación de la situación. “Esto lo venimos pasando desde hace tres o cuatro meses. Principalmente nos está faltando ladrillos y hierro. Después hubo demoras en la entrega de cemento pero, en general, no tuvimos problemas”.
El acero
“El hierro, que es el tema más grave, ya que estuvieron cerradas empresas como Acindar o trabajando menos horas, todo por el COVID, por lo que tuvieron que interrumpir líneas de producción. Además los sindicatos están presionando mucho a las empresas por el pago de los plus que le corresponde a la persona que está trabajando y debe cubrir a la que no está”.
“El agravante del acero –explicó- es que es un proceso contínuo, las coladas son de 24 horas y trabajaban 12, entonces decidieron cerrar porque no se pueden tener los hornos tanto tiempo cerrados, es muy cara la producción”.
Ladrillos
Una situación similar ocurrió con los ladrillos, cuya producción está mecanizada. “Cada línea la maneja un ingeniero electrónico, entonces, si uno de ellos se aislaba, la línea quedaba trabajando 12 horas. No es que hay un exceso de demanda y poca oferta, sino que no están las 24 horas trabajadas”.
“Algunas empresas tuvieron que implementar el transporte de los empleados, poniendo colectivos lo que significó un costo muy alto. También mucha gente no quiere hacer horas extras porque la pierden con las retenciones del impuesto a las ganancias. Son una serie de factores que, al juntarse, generan un desastre”, evaluó Lachavanne.
Cemento
En cuanto a las cementeras, dijo que es el mismo caso, debido a las restricciones por la pandemia. “Nosotros compramos a Loma Negra, donde en cada línea, normalmente, trabajan 12 personas por turno y ha llegado a tener una. Todo esto produjo desabastecimiento, con el agravante que un fletero tenía de tres a cinco viajes por semana y terminó haciendo dos, lo que generó un cuello de botella. Al no haber gente para cargar, se perdía el turno y no lo reponían”.
Arena
Al referirse a la arena, si bien no hubo mayores problemas en Larrang, indicó que hace alrededor de dos semanas hubo desabastecimiento porque los trabajadores estuvieron de paro un mes por demanda de salarios. “Fue el paro más grande que hubo en Argentino en los últimos 20 años, porque se juntaron todas las areneras de Argentina, cuando siempre se plegaban las de San Pedro hacia Buenos Aires”.
Sindicatos, empresas e importaciones
En este punto, agregó la relación entre gremios y empresas. “Todos los motivos son políticos y sindicales y se refleja en las trabas que encuentran las empresas en trabajar las horas que necesitan y las horas extras que las personas nos las pueden cumplir porque se las sacan por el impuesto a las ganancias. A esto se le suma un mercado demandante, gracias a una reactivación producida por el dólar”.
“Al estar cerrado el AMBA y el interior del país, hubo abastecimiento, pero cuando se abrió el AMBA ahora no alcanzan los productos, que es donde se produjo el cuello de botella. Hay muchas obras paradas y muchos de los empleados, que cobran por semana, no lo están haciendo”.
“Otra situación que se da es por los componentes importados. Como el país no tiene dólares están trabadas en la aduana, repuestos, pigmentaciones, cemento blanco y muchos otros productos necesarios para la producción diaria”.
Y al hacer una evaluación para lo que viene, Lachavanne manifestó: “Espero que me equivoque, pero si viene una segunda ola de la pandemia, con las aperturas que se están dando, el movimiento de las vacaciones y fiestas de fin de año, vamos a tener un mercado muy agravado en febrero y marzo”.