Cuando los videojuegos se transforman en adicción

Consolas… divertidas y peligrosas

Según estudios, pasar muchas horas frente a un dispositivo de videojuegos puede alterar conductas y convertirse en un problema importante.
domingo, 2 de septiembre de 2018 · 00:00

Los videojuegos han reemplazado de manera contundente a muchos de aquellos divertimentos del pasado. Hoy, niños, adolescentes y también adultos, hemos adoptado las consolas como entretenimiento principal. El problema, en esta electrónica forma de diversión, radica en las horas que le dedicamo, descuidando cuestiones saludables.

Al respecto, consultamos al doctor Eduardo Vilalta, reconocido pediatra de nuestro medio, quien manifestó una lógica preocupación sobre el tema. “El uso de los videojuegos, de forma exclusiva o compulsiva,  se considera una adicción. Esto repercute interfiriendo directamente con las actividades personales y vida familiar. Los videojuegos, al ofrecer un sentido de recompensas, es decir que se premia la superación de niveles, hacen que, sobre todo los chicos y adolescents, se interesen mucho más. Son escenarios virtuales, fantasiosos, que te alejan o retiran mentalmente de la realidad. El ir ganando, o superando objetivos, te hace sentir poderoso o algo por el estilo. En verdad lo que logra esta superación virtual es generar problemas que se manifiestan a través de una perturbación de la organización temporal diaria. Hay también, interferencia con la mayoría de las actividades, es decir que se deja de hacer lo que se venía haciendo por no abandonar la consola. Tanto en adultos cómo en niños y adolescentes está demostrado que influye sustancialmente en una merma del rendimiento, tanto académico cómo laboral, y un marcado aislamiento social. En el caso de los mayores, esta adicción suele traer problemas de pareja, que, incluso, terminan en separación”.

Una vieja frase nos ilustra en su contenido con mitos que son redibados por el doctor Eduardo Vilalta. Por ejemplo, la consabida: “Los videojuegos agilizan pensamientos y despiertan mentes.” No es tan positivo para el cerebro, -dice Vilalta-, menos aún cuando es adictivo, cuando nos consume varias horas del día. Es importante destacar también que se manifiestan padecimientos físicos y trastornos psicológicos. Depresión, ansiedad, cambios de humor, irritabilidad, trastornos del sueño y también alimenticios. Son muchos los problemas que pueden enfrentar estas personas. Los tratamientos deben ser multidisciplinarios, psicólogos, medicos clínicos y fundamentalmente el reconocimiento por parte de la persona afectada. Si vos no crees que tenes un problema no vas a curarlo nunca, sobretodo en adicciones. El enfermo que no sabe o reconoce que está enfermo, no se cura”, concluyó el facultativo.

Por Cristian Lausano

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