En busca del esplendor perdido

La emblemática Fuente de Hebe, enclavada en el centro propio de nuestra plaza principal, carece  hace tiempo de un mantenimiento acorde a su importancia. Sin agua en su interior y sin funcionamiento de su sistema para que puedan expresar su belleza las subidas y caídas de agua que llamaban la atención; espera por una recuperación necesaria. A esto hay que sumarle que se encuentran a la vista cables de su enramado eléctrico y un faltante total de las farolas que coronan su iluminación. Igual suerte parecen tener la rotonda, su vecina de espacio público, que aparece cargada de pinturas mal intencionadas y sin luces también y el Escudo Nacional, modificado hace años y que, a decir verdad, por lo menos en mi visión particular, para nada mejorado respecto al anterior. Por estas cuestiones en particular dialogamos con el Arquitecto Jorge Crespi, ante la ausencia de Eduardo Alonso (Sec. De Obras Públicas de la Municipalidad de Chivilcoy) quien nos brindó, fuera de micrófonos, un detalle exhaustivo de la actualidad de estos monumentos. Pudimos enterarnos que es intención de este departamento municipal poner cuanto antes en valor a los mencionados lugares, que la luminaria se encuentra a disposición en depósitos y también que no se reparó antes, en el caso de la fuente, por que el presupuesto presentado por una empresa foránea que se dedica casi con exclusividad a estas cuestiones superaba cualquier intento serio de hacerlo realidad. También fuimos testigos de un detallado archivo de fotografías que muestran el estado actual del sistema que le da vida a la fuente y se nos hizo sencillo comprender que no es cuestión de dos pesos para que recupere su vitalidad. Entendimos que hay otras prioridades, comprendemos también que, en las plazas, se está trabajando y embelleciendo de a una seriamente, ya fue el turno de la plaza Colón, ahora es de la plaza 9 de Julio y será pronto de la Moreno, pero el centro propio de nuestra ciudad debería  ser  prioridad. El trabajo de los placeros, en cada uno de estos espacios públicos es destacable, el césped, las plantas y las flores están a la altura de las circunstancias, pero, lamentablemente, los bienes más preciados no. Mucho en esto tenemos que ver nosotros, los ciudadanos, que no cuidamos y respetamos algo que a todos nos pertenece. Ojalá en breve recuperen el brillo y podamos disfrutar visualmente de lugares que siempre despertaron nuestro orgullo de ser chivilcoyanos.

Cristian Lausano