Fundación OSDE

"Generar miedo y silencio en torno al cáncer nos quita la posibilidad de salvar vidas"

El oncólogo Ricardo Kirchuk permaneció en dos jornadas en Chivilcoy. El miércoles ofreció una charla abierta y ayer para profesionales de la salud
viernes, 10 de agosto de 2018 · 00:15

La Fundación Osde presentó, en dos jornadas al doctor Ricardo Kirchuk, prestigioso oncólogo clínico, exdirector del Instituto de Oncología Angel Roffo (UBA), en una charla abierta en la tarde del miércoles y ayer con profesionales de la salud, abordando el tema de “Prevención en cáncer de mamas”.

Desde Fundación Osde Mónica Timpone y Darío Varela gerente regional de la obra social de ejecutivos fueron los anfitriones de este médico con larguísima trayectoria y prestigio reconocido por sus colegas. Ambos encuentros en el salón auditórium del cuarto piso del edificio de avenida Sóarez y Bolìvar.

Kirchuk atiende unos 75 mil pacientes con cáncer por año, la mitad de ellos carenciados. Entusiasmado, enamorado de su profesión, dice que es importante bajarle la carga negativa a la palabra cáncer para que la gente pierda miedo y se cure más, y asegura que, gracias a los avances, el trabajo de los oncólogos se ha vuelto menos frustrante.

A pesar de los avances en su tratamiento, el cáncer sigue teniendo una gran carga emocional, cierto estigma. En los medios ni se lo nombra. Se sigue hablando de "larga enfermedad", como si avergonzara... Es un tema denso. Pero hay que bajarle la carga negativa y hay que educar a la población. Digamos "cáncer". Hay que perderle el miedo a la palabra y a la enfermedad porque hoy más de la mitad de los pacientes se curan. Y para seguir avanzando es clave reeducar para que la gente no tema, porque si tiene miedo no viene a la consulta. Generar miedo y silencio en torno al cáncer hace que perdamos la posibilidad de salvar vidas.

-Cuando uno analiza tendencias mundiales en Google descubre que "cáncer" es una de las palabras más buscadas. ¿Qué mirada deberíamos tener hoy? ¿Sigue siendo tan temible?

-No es tan temible como antes. Es una enfermedad importante, pero hay que verla como una enfermedad más. Una enfermedad que, detectada a tiempo, en muchísimos casos se cura. El diagnóstico ya no es una condena a muerte. No podemos curar a todos, pero sí a muchos. Hay que educar para cambiar algunas conductas, cuidarse y prevenir. La gente, los pacientes, los médicos, los Estados, todos podemos hacer algo para bajar la incidencia y la mortalidad por cáncer. Es una picardía que se muera gente que podría curarse.

-A veces parece que no se avanzara, que la gente se sigue muriendo.

-Se avanza de a poco, pero se avanza. Esos avances no sirven para todo el mundo pero son claves en pacientes con un determinado tumor, porque los curás. Y hay otros tumores en que no podemos curar la enfermedad pero sí controlarla: hacer como ocurrió con el sida, volverla una enfermedad crónica, que no mate. Un ejemplo: el 15% de las pacientes con cáncer de mama tiene un gen que hace que el tumor sea más virulento. Lo detectaron y le encontraron un antídoto. Ya hay varias drogas que ayudan a bloquear la metástasis, y a nivel estadístico aumentó la sobrevida de estas pacientes un 20%. Diste vuelta la enfermedad.

-¿Creció el número de pacientes porque aumentó la incidencia de cáncer en el país?

-No, la incidencia del cáncer no aumentó. Hay más casos porque creció la población. Y el cáncer sigue siendo una enfermedad de gente grande. Con el Instituto Nacional del Cáncer (INC) esperamos bajar la mortalidad. -¿Es tan clara la relación entre tabaco y cáncer? -La principal causa de muerte por cáncer es de pulmón y sólo el 15% de los pacientes con ese tumor no fuman. Está aumentando el tabaquismo en mujeres jóvenes y nos preocupa. El cigarrillo incide además en los tumores de cabeza y cuello, vejiga, en los cánceres digestivos, en páncreas y riñón. Por eso es también un tema de Estado y de recursos. El tabaco genera mucho dinero, es un gran negocio, pero el gasto en salud que genera duplica o triplica esa suma.

-¿El cáncer de mama?

-Una de cada 8 mujeres va a desarrollarlo en algún momento de su vida, pero más del 75% no morirá por esa causa. Tenemos que llegar al 100% de curación y eso se logra con la mamografía, porque detecta el problema antes de que sea cáncer, cuando es tumor in situ, no invasor. Vamos a lanzar un programa para que todas las mujeres se hagan una mamografía anual a partir de los 50.

-¿Con una mamografía anual alcanza?

-Sí, pero tiene que estar bien hecha. La diferencia que lograron las digitales es enorme. Y cuando hay antecedentes de madre o abuela con cáncer de mama antes de la menopausia habría que sumar estudios genéticos. Estas cosas las solicita el médico, que es quien debe estar alerta. Por eso es importante que el screening lo hagan los mastólogos. Aquí también hay una actitud de Estado: si los gobiernos no actúan va a quedar mucha gente indefensa. Además, la prevención también implica un fuerte ahorro. En el primer nivel detectable, el tratamiento sale 17 veces menos que el estadio más sencillo del cáncer. Muchos descreen de la validez de cuidarse o prevenir apelando a algún caso conocido que, "habiendo hecho todo bien", murió de cáncer en meses. -¿Las emociones, el estrés, pueden ser promotores también? -No está claro. Hay miles de trabajos que relacionan estrés y cáncer, depresión y cáncer, pero todavía no está certificado. Yo percibo algo diferente: los pacientes que tienen cáncer o que han tenido cáncer y están bien anímica y psíquicamente superan mejor el tratamiento y se curan mucho más que los que no. -A veces uno escucha casos de "cáncer fulminante", que mata en poco tiempo.

¿Eso ocurre o hubo alertas o síntomas que la persona o el médico no vieron?

-Es muy raro. El cáncer es una enfermedad de gente grande. Hay excepciones, pero es así. Y son excepcionales las situaciones en las que la persona muere en poco tiempo. Hay tumores muy agresivos, pero también hay personas y familias negadoras y hay médicos que no hacen las cosas bien: por eso les insistimos a los estudiantes y residentes que deriven cuando en un control ven algo raro. Sangre en orina, aunque sea una vez, no es normal. En materia fecal, tampoco. Un bulto, una tos que no cesa, lo que sea.

-¿Se pueden prevenir todos los cánceres?

-Podemos prevenir en pulmón, mama, colon y cuello de útero, sin duda. En otros, todavía es difícil detectar tempranamente. Es muy controvertido lo que está pasando con próstata, por ejemplo. El screening no disminuyó la mortalidad: aumentó la detección, pero en muchos casos ese cáncer no iba a matar a la persona. Está bien que el urólogo le pida a su paciente un PCA, pero no que el Estado se lo pida a todo el mundo, por ejemplo. El cáncer de estómago está disminuyendo en todo el mundo, pero el cáncer que más creció en las últimas décadas es el de la unión esófago-gástrica. Creció un mil por ciento. La sugerencia es que el paciente que tiene reflujo consulte. Creo que tiene que ver con lo que comemos y con que nos vamos rápido a la cama después de cenar. Son hábitos sociales que, me parece, están aumentando la incidencia. En riñón todavía tampoco hay nada para detectar tempranamente. Y en cabeza y cuello en general son pacientes bebedores o fumadores. -¿El agua puede provocar cáncer? -Lógicamente que el agua potable no tiene nada que ver con el cáncer. Pero sí el agua contaminada. El arsénico tiene que ver con algunos de los tumores, lo que se llama Hidroarsenicismo crónico. El agua que generalmente tomamos en las ciudades, está controlado. Mejor dicho más o menos controlada.

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