Disculparse con un piropo
Un hombre entra a un ascensor y como entró muy deprisa sin darse cuenta
golpeó con el codo el seno de una mujer.
El señor, muy apenado, no sabía cómo disculparse así que lo mejor que se le
ocurrió para que la dama lo perdone fue decirle un piropo.
Le dijo: "bella dama si su corazón es tan blando como su pecho usted podrá
perdonarme"...
A lo que la dama contestó: "claro que sí mi estimado caballero, y si usted
tiene todo tan duro como su codo mi departamento es el 215"