La venta de los burros muertos...
Una linda muchacha llamada Lolita se fue al campo y le compró un burro a un viejo campesino por $300 pesos. El anciano acordó entregarle el animal al día siguiente.
Pero al día siguiente el campesino le dijo: —Lo siento, Lolita, pero tengo malas noticias: el burro murió.
—Bueno, dijo Lola, entonces devuélvame mi dinero.
El vendedor replicó: —No puedo. Ya me lo gasté.
Lola le dijo: -Bien. Igual entrégueme el burro.
— ¿Y para qué? preguntó el anciano, ¿Qué vas a hacer con él?
—Lo voy a rifar -contestó Lola.
—Estás loca, cómo vas a rifar un burro muerto?
—Es que no le voy a decir a nadie que está muerto, por supuesto.
Un mes después de este suceso, el campesino encontró nuevamente a Lola y le preguntó:
— ¿Qué pasó con el burro?
LOLA respondió: —Lo rifé, vendí 500 números a 20 pesos cada uno y gané $10 mil pesos.
— ¿Y nadie se quejó? Preguntó el viejo.
—Solamente el ganador -le dijo Lola-, pero a él le devolví sus $20 pesos.