Boxeo
El último campanazo del “Negro” Oriolo
Es el último round, la pelea venía complicada, el local estaba contra las cuerdas y el visitante tiraba todo lo que tenía. La defensa se estaba haciendo precaria para tanta avalancha de golpes, el nocaut era inminente, pero el “Negro”, activo y con ganas de seguir peleando, no quería entregarse.
La concertación del último festival estaba cerca, faltaba una pelea y el “Negro”, teléfono en mano, discusión de por medio para defender el prestigio de la organización de la Escuela de Boxeo Amateur “Marcelino Tenaglia”, le buscaba el reemplazante al faltante de turno.
El “Negro” era un organizador apasionado y responsable, si tenía que pelearse con el entrenador del visitante, no tenía problema, armaba la guardia y le ganaba la pulseada. Prolijo con la plata, celoso al extremo con la caja de la escuela, defendiendo el mango del peleador, con una admiración sin límites por el “Patito” (Gardella), Francisco Oriolo le dio vitalidad organizativa y económica al esfuerzo que en el gimnasio hacían los entrenadores “Ardilla” González y “Tito” Sosa, a la sobria conducción de Daniel Schiaffino.
Todo eso dejó en el fatídico último round de una pelea desigual, de una pelea a la que pudo hacerle poco frente, porque el “rival” venía armado hasta los dientes, dispuesto a liquidar el pleito cuando todavía tenía hilo, ese carretel dinámico que lo paseaba por los festivales desde la puerta del club, pasando por los vestuarios y la mesa de control. Chau “Negro” Oriolo, los muchachos de la Escuela Marcelino Tenaglia y los que compartimos con vos esta pasión inigualable que es el boxeo, te vamos a recordar siempre.