Una botella le volvió a ganar la batalla al fútbol

Atlético Independiente y El Linqueño de Lincoln, que trajo mucha gente al partido, debieron suspender el partido a raíz de un corte y principio de conmoción cerebral sufrida por el árbitro del partido, Joaquín Gil de la Liga de San Pedro. Una botella lanzada desde la tribuna visitante, ubicada detrás del arco que da espaldas a la Avenida 84, impactó en su rostro, más precisamente arriba del ojo izquierdo, provocándole un corte y un raspón, además de la conmoción que le produjo el proyectil. El árbitro estuvo varios minutos en el piso, siendo atendido por el doctor Daniel Altamiranda y el paramédico Rubén Rugirello, quienes le hicieron las primeras curaciones, ante la gravedad de la situación, el facultativo pidió que se lo trasladara al Hospital Municipal para realizarse una tomografía, con la intervención del doctor Sergio Mauro. La historia no terminó ahí, la hinchada al retirarse por la calle lateral a la cancha, siguió arrojando piedras hacia adentro y una de ellas impactó en el rostro del simpatizante Ricardo Reinoso, quien vive a escasos metros de la cancha; cuando había pasado casi una hora y estábamos en la antesala del vestuario local, esperando por notas, desde el vestuario visitante, contiguo al local, arrojaron botellas con líquido que cayeron en el sector por el hueco que hay entre el techo y el cielorraso; no se descarta que haya estado en ese vestuario el presidente de El Linqueño, quien cruzó la cancha desde el sector opuesto, agrediendo con señas y provocando a los hinchas locales que se habían quedado en el lugar, ya que como se sabe, deben salir después que se retiren los hinchas visitantes. Una pena, que ya no llama la atención, producto de esta sociedad que parece incorregible, que aprovecha el fútbol para explotar sus broncas y sus miserias. El partido no ameritaba esta reacción contra el árbitro, el jugador Hugo Palmerola había sido correctamente expulsado por una agresión contra Facundo Tumbesi, producida a los 20 minutos del primer tiempo y el gol conseguido por Martín Gallo fue totalmente legítimo, tras centro de Jonathan Pacheco desde la derecha, un sector que sufrió mucho el equipo visitante y que lo obligó a golpear demasiado.

Se vivieron ayer en la cancha del Club Independiente, momentos de mucha tensión, creemos que la gente de Lincoln, por los gestos de su presidente, por la silla que arrojaron hacia el campo de juego desde el sector destinado a los dirigentes visitantes, vino ya predispuesta a producir esto que terminó en un bochorno, cuando fuimos a ver un partido de fútbol, que ni siquiera definía, ya que ese momento debía ser en Lincoln la semana próxima.

La decisión  

La tomará el Tribunal de Penas del Consejo Federal del Fútbol Argentino, que deberá no solamente hacerlo a conciencia, sino meditar que puede pasar si el partido continúa y si hay que jugar el segundo en la cancha del Linqueño; si de visitante tuvieron este comportamiento, debiéramos imaginar jugando como locales.

También se jugó una porción de partido

Como todos estos partidos donde se definen cosas, comenzó nervioso, apretado, con los jugadores de Independiente buscando ganar la pelota para atacar, frente a un equipo que vino a jugar bien de contra, tal cual su estilo. El local atacó por el sector derecho, donde las subidas de Chiapparo y la conexión con Pacheco, mortificaron el sector izquierdo de la defensa rival; la pronta expulsión de Hugo Palmerola hizo que Independiente tuviera más campo, Olmedo capitalizó las salidas no tan prolijas del equipo visitante y abriendo el juego hacia derecha e izquierda, le fue dando versatilidad por ambas bandas, preferentemente la derecha; El Linqueño estuvo siempre lejos de Depotte, el arquero de Chivilcoy, más aún cuando después de los 20 minutos, con un jugador menos, se dedicó nada más que a defender; luego de un tumulto entre los jugadores, que tuvo el partido parado por varios minutos, el árbitro adicionó 8 más para cerrar ese primer tiempo, minuto fatal para el equipo visitante, porque una de las llegadas al fondo de Pacheco terminó con un centro bajo que Martín Gallo ingresando por el centro del área, envió a la red con un remate de pierna derecha. Así se fue el caliente primer tiempo, pero nada hacía presagiar, más allá de las amenazas verbales que llegaban de la tribuna visitante, que el final iba a llegar cuando se cumplían doce minutos del segundo tiempo; Independiente estaba dominando campo y pelota con mucha claridad, el ingreso de Rodrigo Freites por Chiapparo, le dio más control de pelota al equipo, Tisera se encontró con el de los mejores momentos y creó dos o tres situaciones muy claras, a los diez minutos Vallejos hizo una gran atajada al diez para salvar su arco del segundo gol. Dos minutos más tarde, llegó la botella con líquido, que golpeó al árbitro.

Síntesis

Atlético Independiente (1): Alan Depotte, Alan Aciar, Martín Gallo, Facundo Tumbesi, Daniel Olmedo, Marcos Benítez, Lucas Chiapparo, Jonathan Pacheco, Nicolás Slimmens, Franco Tisera, Marcos Salvaggio. DT Alberto Salvaggio

El Linqueño (Lincoln) (0): César Vallejos, Maximiliano Acosta, Matías Gomez, Matías Badano, Matís Casóppero, Jesús Avalos, Jonathan Simón, Osvaldo Brito, Gianfranco Ottaviani, Hugo Palmerola, Abel Ponzi. DT Julio Ramírez

Goles: PT 53m Martín Gallo. Cambios: 0 ST Rodrigo Freites por Lucas Chiapparo (AI). Relevos: Diego Peñalba, Jorge Pereyra, Rodrigo Freites, Federico Giaccone, Ezequiel Bassi, Hugo Tumbesi, Alexis Quintulén (AI); Emanuel Corchete, Renzo Roda, Enzo Cuadrado, Mauricio Pavón, Nicolás Verón, Juan Coria, Ezequiel Petrovelli (EL). Amonestados: Facundo Tumbesi y Lucas Chiapparo (AI); Jesús Avalos (EL). Expulsados: Hugo Palmerola (EL) a los 20 minutos del primer tiempo. Arbitro: Joaquín Gil. Asistentes Santiago Agustín Banegas y Damián Bertolini (San Pedro). El partido se suspendió a los 12 minutos del segundo tiempo por agresión de la parcialidad visitante, al árbitro Joaquín Gil.