DelOeste Art. y SEP Filial Chivilcoy - Reseñas literarias

DelOeste Art. y Sociedad de Escritores de la Provincia (SEP) Filial Chivilcoy convocan a diversos escritores para realizar reseñas sobre libros de autores a nivel nacional. 
jueves, 3 de marzo de 2022 · 00:02

DelOeste Art. y Sociedad de Escritores de la Provincia (SEP) Filial Chivilcoy convocaron al escritor y coordinador del Taller Flotante Daniel Casas Salicone a realizar una reseña sobre el libro "Casa de piedra" de la escritora / poeta Claudia Vázquez - Alción editora - 2021

 

La Casa es de piedra, pero la piedra contiene las historias de la historia.

La observación minuciosa de los rincones de la casa, se asemeja a una especie de sentir claustrofóbico del cual el observador se libera precisamente mediante dicha observación. La casa de piedra de Claudia es la celda de Sor Juana en donde mediante el meticuloso examen de los ángulos de las paredes y el techo se ha intentado demostrar hasta la redondez de la tierra. Esto es: intentar ver, todo lo expuesto en cada poema a partir de una vigilancia minuciosa de cada habitación, de cada implemento de la Casa, es casi imposible, el placer radica entonces, en intentar ver lo máximo que se pueda ver, abrirse para recibir todo lo escrito, pero también todo lo oculto.

Con fervor religioso, con devoción, se escudriña la Casa de piedra, los balcones, el hueco de la escalera, los cuartos, el lavadero, el espejo, la terraza, la chimenea, el vestidor, el jardín.  Limpiar, reconstruir, reciclar, secar, aunque deje jirones de su piel en el intento, aunque el encierro, cárcel misma del cuerpo, cárcel carne deprimida, látigo en la piel de la espalda comandado por la propia mano, descanso a somnífero, para continuar al alba, sublimar al espíritu en cada llaga, en cada hendidura, en cada desgarro.

Liberarse de la claustrofobia, liberarse de la melancolía, resistir a la soledad hasta hacerla compañera, cómplice, socia, partener, es, por descubrir el claro propicio, quien una vez descubierto, ha sido movido a cada habitación, para echar luz a lo oscuro, a la espesura.

Nunca, o quizás casi nunca, tan bien elegido un epígrafe: “Y el iris resplandece, antes que arriba en los cielos, abajo entre lo oscuro y la espesura, creando así un imprevisible claro propicio.”

Entre los títulos de los veintiséis poemas sólo tres, escapan a la enumeración de las zonas de la Casa, ellos son: "Escondida”, “Intervención”, y “Antes que hable la noche”

“Escondida “, que es el poema que abre el libro, es la voluntad, la esperanza, el deseo reprimido en su carnalidad, anulado, pero explotado, enaltecido, en su espiritualidad.

Debe, “la mujer de pelo negro”, en sus levitaciones, ver los colores que ni ella ni nadie más ve. Debe, intervenir, deshacerse de la pasividad de la espesura, de la oscuridad, echar luz y más luz, hasta que la memoria deje de temblar, hasta que se canse de temblar, hasta que el espejo sólo le devuelva su propia imagen y no otra, sus propios ojos, y no otros, porque sabe “la mujer de pelo negro”, porque se lo susurró María Zambrano, que el iris resplandece primero abajo, en lo oscuro, pero el gran itinerario, la gran empresa, también sabe, es ver al iris, sentir al iris, resplandecer en los cielos.

Debe desplazar la mirada, nunca más la mirada quieta, debe empujar las manos, para empujarse, nunca más, soportar lo inmóvil. Porque cuando era niña, era niña, pero ahora la muñeca tiene “una hendidura en el costado derecho de su vientre”, igual que la pared, una desgarradura que llega hasta el suelo y sangra.

Pero viene ahora Mujica a susurrar poesía al oído, como María, o Sandra en cualquier plaza de Santa Fe, y la mujer de pelo negro llora ante el susurro suave que convulsiona un alma rescatada, devuelta ahora la sensibilidad por el claro propicio, por el exorcismo poético, ahora, sin miedo a las cerraduras, “en el instante de lo posible, porque lo real siempre es pasado.”

Yo soy la Casa en cuanto la Casa me hace sentir lo que siento. Yo no soy sin la casa. La Casa es la historia de mi, la Casa es la casta mía, la Casa es mía. Entonces, lo conveniente será quedarse del lado de adentro, porque aunque no llueva, afuera, siempre llueve.

                                                                                                                                                               Daniel Casas Salicone

                                                                                                                                       Chivilcoy, pcia de Bs As - 18/02/2022

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