DelOeste Art. y SEP Filial Chivilcoy continúan con su proyecto literario a nivel nacional
DelOeste Art. y Sociedad de Escritores de la Provincia (SEP) Filial Chivilcoy convocan a diversos escritores para realizar reseñas sobre libros de autores a nivel nacional.En este caso la escritora Mirta Venezia, se refirió a la obra literaria "Acaso el viento" de la escritora Norma Starke - Ed. Mascarón de proa 2020
“Acaso el viento en lo más profundo,
Escriba una nueva canción.
Tormenta en las hojas y en la corteza. Nada”
Así comienza la poeta Norma Starke este delicioso viaje donde aparece el viento, cuerpo y armonía, casi un instrumento que toca los olores, las texturas, el color del bosque delicioso, las hojas húmedas y nos interna en un mundo atestado de imágenes que se suceden como flashes de una cámara precisa, reservorio de un lenguaje fluido e intimista que ella maneja como nadie.
El viento desnuda la vigilia, la almohada, la lluvia, las hojas, los nombres, las cortezas, los párpados, los surcos del cristal: “Viento el viento. Moja luz sobre esas hojas” y es la inspiración que eleva el oficio de la poeta para nombrar, para decir, para iluminar.
“Alguien dirá viento que tala. Talla. Talla. Digamos brisa”.
La personificación del viento cala hondo, acelera, va in crescendo y aflora un cúmulo de milagritos que tejen la trama de este libro revelando una altura poética sustentada en la sencillez de un lenguaje tan vigoroso y pródigo que es imposible no sustraerse, no rendirse a su encanto; así vamos penetrando en un mundo onírico, profuso y profundo, que nos alerta, restaura, alimenta y redime. Nos encuentra alborozados en algún verso que nos identifica por su palpable humanidad.
Este bálsamo perfumado, nacido en pandemia, hermana y pinta la fragilidad, el desconsuelo que sentimos a veces, ante lo que no podemos o no queremos manejar; dice Norma:
¿a dónde vamos con tanto insomnio?
¿en qué noche desperté?
Tal vez
El viento delineó
Esta trama tan imperfecta
Que ni la lluvia me protege.
A medida que nos adentramos, podemos inferir que el viento es la sustancia predominante del yo lírico, modifica las líneas y el aspecto de un paisaje con la misma sutileza que las palabras conmueven los sentimientos y tejen los hilos.
En la 2da parte del poemario, el lenguaje y lo que nombra cambia de paisaje: la noche, el mar, la memoria, la música de los truenos, las rosas, el amor, la piedra, la lluvia ya es tormenta pero el viento sigue inalterable, latiendo, soplando, arrastrando algas y medusas.
Casi al final el círculo se cierra y una luz de esperanza fulgura en los versos: “las nubes que un viento desanuda”, me atrevo a decir que el viento nos limpia a nosotros lectores, posternados y sensibilizados ante la belleza, el viento de la poesía desanuda también nuestros dolores.
Mirta Venezia