¿Cómo funcionaban los antiguos televisores de tubo? Una explicación científica
Aunque hoy nos parezca imposible imaginar un mundo sin pantallas planas, no hace tanto que los televisores de tubo dominaban los hogares argentinos. Desde los pequeños equipos blanco y negro hasta los enormes "familiares" color, los televisores de tubo marcaron una época y transformaron la manera en que las personas accedían a la información y el entretenimiento.
Entender cómo funcionaban los televisores de tubo no solo es un viaje a la nostalgia, sino también una oportunidad para descubrir la ciencia detrás de una tecnología que revolucionó el siglo XX. Marcas como Philco, Zenith, Grundig o Hitachi supieron liderar el mercado argentino en diferentes momentos, cada una aportando innovaciones propias.
En esta nota te contamos en detalle qué era lo que hacía posible que esas cajas pesadas transmitieran imágenes y sonido, usando principios básicos de la física y la electrónica.
El principio básico detrás de los televisores de tubo
Antes de que existieran las pantallas LED, OLED o QLED, los antiguos tube television dominaban la escena usando una tecnología basada en principios físicos muy simples pero brillantes. Para entender cómo lograban formar imágenes en movimiento, primero hay que conocer el funcionamiento interno del tubo de rayos catódicos, el componente esencial que hacía posible esta maravilla tecnológica.
El tubo de rayos catódicos y su funcionamiento
El corazón de los televisores antiguos era el tubo de rayos catódicos (CRT, por sus siglas en inglés). Este tubo funcionaba disparando un haz de electrones desde un cañón ubicado en la parte trasera hacia una pantalla recubierta de fósforo. Cuando los electrones golpeaban el fósforo, emitían luz visible, creando así la imagen que veíamos.
En los modelos a color, como el Sony Trinitron o el RCA Colortrak, la pantalla estaba dividida en diminutos puntos rojos, verdes y azules. Los tres cañones de electrones trabajaban de forma coordinada para mezclar estos colores y generar toda la gama visible en pantalla.
La sincronización de la imagen en la pantalla
Para que la imagen no se viera distorsionada, el haz de electrones tenía que barrer la pantalla de arriba hacia abajo en líneas muy precisas, conocidas como líneas de escaneo. Este proceso ocurría miles de veces por segundo. Gracias a este barrido y a la persistencia de la visión humana, nuestro ojo percibía una imagen continua y estable.
La frecuencia típica en los televisores de tubo era de 50Hz o 60Hz, dependiendo del estándar de transmisión usado en cada país. En Argentina, donde se utilizaba el sistema PAL-N, los equipos trabajaban a 50Hz.
Componentes principales que hacían posible su funcionamiento
Además del tubo de rayos catódicos, los televisores de tubo contaban con varios componentes clave que trabajaban en conjunto para generar imagen y sonido. Cada parte cumplía un rol específico y esencial dentro del equipo, permitiendo que todo el sistema funcionara de manera sincronizada. Conocer estos elementos nos ayuda a entender la complejidad detrás de un aparato que, a simple vista, parecía mucho más simple de lo que realmente era.
El cañón de electrones y la bobina de deflexión
El cañón de electrones era el encargado de generar y lanzar el haz de electrones hacia la pantalla. Para dirigir ese haz de manera precisa, se utilizaban bobinas de deflexión, que creaban campos magnéticos controlados. Estas bobinas movían el haz en direcciones horizontales y verticales, siguiendo el patrón necesario para construir la imagen completa.
Los televisores como el Philco Safari o el Grundig Super Color destacaban por su capacidad de mantener una imagen nítida, gracias a mejoras en el diseño de las bobinas y el control de la deflexión.
El circuito de alta tensión y la alimentación
El tubo necesitaba altos voltajes, de entre 15.000 y 30.000 voltios, para poder acelerar los electrones hacia la pantalla. Esta alta tensión se generaba dentro del propio televisor mediante un transformador especial, conocido como flyback o transformador de línea.
La fuente de alimentación también convertía la corriente alterna de la red eléctrica en los diferentes voltajes necesarios para otros componentes, como el audio, el sintonizador y los circuitos de sincronización.
¿Por qué los televisores de tubo eran tan voluminosos y pesados?
Una de las características más recordadas de los televisores de tubo era su tamaño y peso. A diferencia de las pantallas actuales, estos equipos necesitaban una estructura robusta para alojar el tubo de rayos catódicos y todos sus componentes internos, lo que explicaba por qué eran tan voluminosos y difíciles de mover.
La necesidad de espacio para el tubo y la electrónica
Uno de los grandes inconvenientes de los televisores de tubo era su tamaño y peso. El tubo de rayos catódicos necesitaba una cierta longitud para permitir que el haz de electrones se expandiera y cubriera toda la pantalla. Cuanto más grande era la pantalla, más largo y pesado tenía que ser el tubo.
Modelos como el Hitachi C21-FS50 o el RCA XL-100 podían pesar más de 30 kilos, lo que los hacía difíciles de mover y complicados de instalar en espacios chicos.
La evolución hacia diseños más compactos
Con el tiempo, algunas marcas buscaron soluciones para reducir el tamaño, como tubos más planos o tecnologías de deflexión mejoradas. Sin embargo, la verdadera solución llegó recién con la aparición de los LCD y plasma, que dejaron en el pasado la necesidad del tubo.
Productos como el tube television fueron rápidamente reemplazados en la primera década del 2000 por opciones más livianas, eficientes y duraderas.
¿Qué lugar ocupan hoy los televisores de tubo?
Aunque la mayoría de los hogares ya migraron a televisores planos, los televisores de tubo siguen teniendo un lugar especial en el corazón de muchos entusiastas. Hay quienes coleccionan estos modelos, sobre todo aquellos fabricados por marcas históricas como Philips, Panasonic o Hitachi. Algunos buscan equipos específicos, como el Sony KV-27, conocido por su excelente calidad de imagen analógica.
En ferias de tecnología retro, grupos de coleccionistas o plataformas como Mercado Libre Argentina, todavía es posible encontrar un "tube television" funcionando, generalmente restaurado y conservado con mucho cuidado.
La importancia de los televisores de tubo para los gamers retro
Otro de los grandes nichos donde los televisores de tubo siguen vivos es el de los videojuegos clásicos. Consolas como la Super Nintendo, Sega Genesis o PlayStation 1 fueron diseñadas para funcionar en CRTs, por lo que muchos gamers prefieren usar un televisor de tubo para conservar la calidad de imagen original.
Los tubos ofrecen una resolución baja pero nativa, y tienen tiempos de respuesta instantáneos, evitando el "input lag" que puede arruinar la experiencia en pantallas modernas. En este contexto, modelos como el JVC AV-32 o el Panasonic Tau son muy buscados.
Aplicaciones específicas en algunos sectores industriales
Aunque su uso doméstico casi desapareció, algunos sectores industriales y científicos todavía utilizan televisores de tubo. En ciertos laboratorios, hospitales y estudios de producción audiovisual, los CRT se siguen valorando por su capacidad de mostrar imágenes sin procesamiento digital, algo vital en tareas donde la precisión visual es clave. También en la restauración de material audiovisual antiguo, el uso de televisores de tubo garantiza que los colores y detalles se vean como fueron concebidos originalmente.