Pablo Alvarez, El Maradona del Tiro

lunes, 22 de octubre de 2007 · 00:00

El Maradona del Tiro

Pablo Damián Alvarez nació en la ciudad de Chivilcoy el 20 de abril de 1978 y cuando estaba terminando la escuela primaria, fue invitado a participar de un torneo promocional en el Tiro Federal "General San Martín". Allí nació una relación inquebrantable que se fue consolidando con el paso de los años, forjada a base de tesón, esfuerzo y, por supuesto, resultados, que lo llevaron a ser el deportista chivilcoyano de mayor proyección internacional de toda la historia; nada menos. Tanto es así que tuvo el gran orgullo de ser el primero en participar de un Juego Olímpico (Sydney 2000), y ser considerado como el "Maradona del Tiro" por parte del entrenador nacional Julio Escalante.

Con edad de Junior ya brillaba entre los Mayores ganando medallas en diferentes torneos Provinciales, Nacionales, Sudamericanos o Juegos Odesur. Su crecimiento derivó en la inevitable convocatoria para la Selección Nacional, donde se transformó en el primer deportista chivilcoyano en participar de un Juego Panamericano (fue en Winnipeg 1999, Canadá) y además, colmar la satisfacción con una medalla de plata que le dio la plaza para los Juegos Olímpicos del año siguiente. Luego llegó la etapa de la consolidación, con récords nacionales y sudamericanos, la participación en varias Copas del Mundo, una nueva medalla en los Juegos Panamericanos de Santo Domingo y la clasificación para participar de los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, su segunda aparición consecutiva en la máxima cita del deporte amateur mundial. En el medio quedaron muchísimos premios, como el Olimpia de Plata ganado en el año 2000, temporada en la que además, tuvo su mejor actuación a nivel internacional clasificándose para la final olímpica de la Copa del Mundo en Atlanta.

En el medio quedan, también, las luchas solitarias y los esfuerzos titánicos; Pablo no pertenece a una familia con grandes recursos económicos, no está cerca de los que manejan los hilos, no tiene el respaldo de empresas poderosas. Tiene sí (¡gracias por eso!), tesón y pasión por lo que hace; comparte el laburo diario en una tediosa oficina con el entrenamiento, comparte las necesidades de un joven con las del deporte que lo atrapó. Ni su arma ni las municiones son las que debieran, las que sí tienen los que tienen todo; son las únicas a las que puede acceder y aún así, con inferioridad de elementos y tiempo, aún así (o quizás más, debido a ello), lo queremos y vivimos su historia como propia.

Humilde, buena persona, responsable y excelente embajador de la ciudad de Chivilcoy hacia el mundo. Su grandeza excede lo deportivo, porque su hombría de bien se traslada al deporte cada vez que pisa un polígono. Y como muestra, en el año 1997 recibió el premio Fair Play instituido por el Comité Olímpico Internacional, por un gesto que tuvo en el Campeonato Sudamericano de Chile al reconocer un error en la suma del puntaje, en contra de sus propios intereses.

 

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